Es evidente que la religión puede convertir a un ser humano, en principio mentalmente sano y normal, en un ser abyecto capaz de decir y de hacer las cosas más repugnantes en nombre de inexistentes entidades.
Y un perfecto ejemplo de esta degradación moral de los creyentes y de sus representantes es que se atreven a decir en público cosas que en boca de cualquier otro individuo serían casi de juzgado de guardia. Menos mal que en el caso del siguiente video el incisivo Christopher Hitchens pone en su sitio a
Que sería del judeo cristianismo sin la pretensión de regir sobre la conducta ajena, en particular en materia sexual? Y no es el único. Con pretextos bastante imbéciles, el budismo insiste también en lo mismo , pero argumentando no se que estupidez respecto a las energías.
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