Quizás no haya momento más sorprendentemente hipócrita como ese en el papa católico que es la máxima autoridad mundial en estupidez, falsas esperanzas y vender humo tenga un mínimo atisbo de racionalidad y critique a todos aquellos que como él, viven de engañar a pobres incautos con promesas de un futuro incognoscible y de un más que inexistente más allá. ¡Cosas veredes amigo Sancho!
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