Aunque los creyentes afirmen (sin ninguna prueba por cierto) haber elegido "libremente" creer en la disparatada creencia en la creen, la verdadera realidad es que la inmensa mayoría de los fieles de todas las religiones lo hacen por puro azar geográfico.
Porque presumir de religión es algo así como presumir acerca del idioma materno, ese que nos inculcaron en nuestra más tierna infancia.
Pero hete aquí que los católicos de España, los musulmanes de Arabia, los sintoístas de Japón, los hinduístas de la India, los budistas de China o los navajos adoradores del gran Espíritu de la Pradera han elegido "conscientemente" humillarse ante la "sagrada" estupidez de sus antepasados por propia elección ¡venga ya!
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