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26 de enero de 2024

El Universo, Giordano Bruno y la Iglesia Católica

Aunque la iglesia católica en particular y el cristianismo en general han sabido fabricarse una más que falsa apariencia de depositarios del saber, está meridianamente claro para cualquier persona algo versada en historia que, desde que el emperador Teodosio firmo el Edicto de Tesalónica, los cristianos se han dedicado con fanática fruición a acabar con cualquier atisbo de conocimiento, porque dentro de su más que delirante irracionalidad el mero (y peligroso) hecho de pensar podía predisponer casi de manera matemática a las personas a dudar o incluso rechazar el conjunto de estupideces y delirios en los que consiste la ortodoxia cristiana.

 
Y así durante cerca de dos milenios, salvo aquello que concordaba con las irracionalidades dogmáticas del más que limitado "conocimiento" cristiano, todo fue olvidado cuando no borrado directamente. Y por supuesto, cualquier nuevo pensamiento que cuestionara la más que estrecha visión de ese Universo de cartón piedra descrito en el Génesis no sólo fue considerado erróneo sino, lo que es mucho peor, impío y por lo tanto perseguible por el siempre tenebroso Santo Oficio hasta sus últimas consecuencias.
 
Y quizás el caso más paradigmático de esta irracional y fanática intolerancia fue el más que triste caso de ese monje que no entendió que dentro de la santa madre iglesia el raciocinio es pecado mortal, por muy certero que este fuese y que terminó en la hoguera por defender la primera revolución científica hasta sus más que evidentes corolarios, sufrido conocimiento que abrió paso a todo el increíble desarrollo posterior del pensamiento científico, pero que al pobre Bruno le terminó pasando una más que terrible factura tal y como lo relata el siguiente video extraído de la más que recomendable serie documental "Cosmos".

 

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