España está gobernada por una secta de incompetentes alucinados

Aunque ya por lo habitual no parece casi noticia, no falta la semana en la que el ministro, alcalde o alto cargo del PP de turno hace ignorante ostentación de su cateta religiosidad. Y todo ello para enmascarar su ineptitud y su inoperancia. Hoy le toca el turno al ministro del Interior. 

Así el señor Fernández Díaz, miembro supernumerario del Opus Dei ya nos tenía acostumbrados a su papanatismo religioso puesto que asegura

"... ir a misa todos los días, rezar el Rosario, hacer un rato de oración, otro de lectura espiritual..."

Vamos que no sabemos si le queda algo tiempo durante el día para dedicarse a sus al parecer secundarias labores gubernamentales. 

Pues bien este piadoso ministro, a la vista que la ya duradera recesión económica que lejos de remitir parece ir para largo, pues ha actuado como todo buen descerebrado fanático que se precie. Es decir, en presencia de una tarea difícil estos inútiles sólo saben acobardarse, se bloquean e incapaces de enfrentarse al problema pues actúan como lo que son, atemorizados débiles mentales que como niños de corta edad solícitamente corren a pedir ayuda a sus mayores (aunque como en este caso sean imaginarios y poca ayuda puedan prestarles) puesto que ha comentado:

"Santa Teresa hablaba de tiempos recios, y estoy seguro de que en estos momentos estará siendo una importante intercesora para España en estos tiempos también recios que está atravesando"

Así que ya lo saben aunque hayan perdido el trabajo, les hayan desahuciado de su casa, no tengan dinero para pagar el colegio de sus hijos ni las medicinas de los abuelos y se queden embarazados de un feto con malformaciones (que deberán cuidar durante toda su vida sin poder abortarlo) den gracias al benevolente dios católico (no me sean herejes que el resto de los dioses no existen, palabrita del niño Jesús) porque según este vergonzante ministro sin la milagrosa intercesión de Santa Teresa la cosa podría ser todavía mucho peor. 

P.D.

Y mientras tanto el obispo de Alcalá, martillo de herejes que haría ensombrecer al propio Torquemada a lo suyo:

" El feminismo ideológico no es más que un paso en el proceso de deconstrucción de la persona. De hecho, los argumentos que sustentan el pensamiento feminista, en sucesivas evoluciones, han propiciado la ideología de género y las teorías Queer y Cyborg"

y que el "feminismo radical" es más conocido por

"sus pretensiones políticas y por sus vinculaciones con los movimientos que promueven el aborto, el ataque al matrimonio monógamo e indisoluble y a la maternidad".

En resumen, estos descerebrados están desatados. Es lo que tiene haber leído únicamente un cuento en toda su vida y creer que la serpientes hablan, que las zarzas ardientes envían a las palomas fornican con vírgenes y demás sandeces solo aptas para débiles mentales.