Sobre escraches, violencia y justicia

En un momento en el que la dictadura de los mercados y del gran capital está obligando a desmantelar los servicios sociales básicos necesarios para que millones de ciudadanos mantengan unas mínimas condiciones de supervivencia y dignidad, para que banqueros inútiles y avaros continúen manteniendo sus abusivos sueldos y millonarias gratificaciones, nuestros neoliberales gobernantes se encuentran alborotados e inquietos porque la ciudadanía está empezando a rebelarse y a pedirles cuentas por la responsabilidad de sus criminales decisiones.  

Y así, mientras cientos de miles de desfavorecidos (adultos y niños de toda edad y condición) son desalojados de sus hogares para convertirse en verdaderos parias sociales condenados a la marginalidad y la mendicidad, con el agravante de tener que mantener millonarias deudas con los propios bancos que tasaron abusivamente sus viviendas para después quedarse con el inmueble a precio de saldo, el que unos pocos cientos de desesperados ciudadanos se manifiesten en forma de protestas pacíficas frente a los domicilios de unos privilegiados senadores, diputados y ministros del partido gobernante, que siempre encuentran unas decenas de miles de millones de euros para seguir alimentando al monstruo neoliberal a cambio de recortar una nueva partida de gasto social, se considera un intolerable terrorismo social que debe ser perseguido por todos los medios represores al alcance de un estado cada vez más antidemocrático, autoritario y clasista.

No señores gobernantes hispanos, las molestias hacia sus señorías que les producen los escraches no son nada comparadas con la verdadera y terrible violencia económica y social en la que consiste que el 20% de los niños de este país teóricamente desarrollado de la Europa Occidental vivan en la pobreza tal y como acaba de denunciar UNICEF. Esta terrible estadística, que debería humillar a nuestros piadosos gobernantes (tan católicos ellos en romerías, fiestas religiosas y declaraciones públicas), sólo es superada por países salidos del telón de acero como Letonia y Rumanía y por supuesto por la meca de la desigualdad y el capitalismo salvaje que son Estados Unidos. Así que señores gobernantes, menos lloriquear sobre si sufren un "intolerable" acoso ustedes y sus privilegiadas familias por recordarles en sus escasísimos paseos por la vía pública el drama en el que viven millones de ciudadanos despojados de su trabajo, su hogar y condenados a la indigencia y pónganse a trabajar: a perseguir el fraude fiscal, a investigar a corruptos y malversadores de caudales públicos y a denunciar ante los tribunales a los banqueros y los constructores que nos traído esta terrible crisis económica por sus especulaciones millonarias que tan buenos dividendos les han reportado.