Que los creyentes afirmen sin ninguna duda (y menos rubor intelectual) que su supuesto creador es un ser infinitamente bueno con esos pobres monos bípedos que deambulamos por este mundo cruel sería del todo risible si no fuera tan ofensivo.
Porque solo hay que dar un vistazo a un mundo plagado de calamidades casi infinitas, enfermedades a cual más dolorosamente atroces y patógenos sádicamente "diseñados" para producir las más horrendas muertes para concluir que el rebaño religioso está conformado básicamente por semideficientes mentales que deberían estar bajo la estricta tutela de los servicios sociales primero por su propio bien y después para tranquilidad de aquellos que mantenemos una mínima capacidad de raciocinio.
Les dejo con una frase lapidaria extraída de la interesante serie "Godless" que despedaza en 8 segundos esa supuesta "profunda" teología que ha devanado los sesos a irracionales y supersticiosos de toda condición.
Se puede decir más alto, pero no más claro
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