Cada día que pasa el delirio antivacunas va in crescendo.
Así un conspiranoico antivacunas estadounidense, que creía que el Gobierno estadounidense envenenaba a la población con las vacunas y que su hermano, al ser farmacéutico, estaba implicado decidió tomar cartas en el asunto. Primero mató a una anciana para robarle el coche, después se dirigió a la casa de su hermano asesinándole junto con su cuñada. Y finalmente, salió a la calle en donde pregonó ante el atónito vecindario que había cometido los asesinatos
"para evitar muertes por inyecciones covid”
Y además en un aldea de Guatemala un numerosos grupo de unos 500 idiotizados atacó a dos brigadas móviles de sanitarios que transportaban vacunas intentando linchar a los esforzados profesionales. Sólo después de arduas negociaciones la policía pudo liberar a los secuestrados.
Un loco, que sin la influencia de tanta propaganda antivacunas no habría cometido dichos crímenes, es un caso fuera de lo normal, pero también una advertencia..
ResponderEliminarComo lo de Guatemala, o si nos vamos a países con un mayor nivel cultural medio entre sus conciudadanos, como Alemania o Italia, nos damos cuenta de que es parecido. Gente que se cree las cosas que les dicen por canales alternativos, y que coinciden con sus ideas, poco o nada científicas. Es un peligro ya muy generalizado, porque son muchos y su poder de influencia entre gente tendente a la "teoría de la conspiración" sea la que sea, es muy grande.
Como en la religión, el principal escollo es la "fe" que tienen en sus teorías.
Un tema a tener muy en cuenta en un futuro, aunque no sé si facilitarles que formen un grupo político, sería mejor, para que pudieran exponer sus ideas "libremente" y así poder confrontarlas, porque por ahora se dedican a leerse entre ellos en grandes grupos endogámicos de Telegram.
Salu2