Se nos ha lavado el cerebro para admirar la sumisión total hacia un dios megalómano y egomaníaco que únicamente puede ser considerado el mayor psicópata del mundo.
Y lo peor de todo es que dentro de la demente y psicótica óptica religiosa personajes como Abraham son considerados ejemplos de moralidad, cuando en realidad son unos miserables egoístas capaces de salvar su pellejo a cambio de cometer uno de los crímenes más monstruosos que un ser humano pueda perpetrar: el asesinato a sangre fría de su propio hijo.
A mí me sucedió algo parecido cuando niño que conocí las películas de zombies... y me daban muchísima risa (se suponía que me asustara). Después me hablaron de como Cristo resucitó a los tres días, logicamente pregunté que era resucitar y cuando me explicaron... ya no me volvieron a hablar del tema: me consideraban un ateo sin serlo aún.
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