Los privilegios religiosos son casi
infinitos y además crecen a medida que pasa el tiempo, como en el estado
norteamericano de Ohio.
El gobernador de Ohio acaba de refrendar una ley que impide que
"ningún funcionario público emitirá una orden para cerrar los lugares de culto en el estado o en un área geográfica del estado."
Lo que traducido al Román Paladino significa que, pase lo que pase con la pandemia coronaviral, los creyentes de Ohio podrán reunirse (cuanto más apretaditos mejor) en iglesias, mezquitas, sinagogas y cualquier otro recinto que sea considerado templo para rezar a ese "benevolente" dios que tan perfectamente ha diseñado al coronavirus y así poder diseminar de forma más eficiente por todo el estado y más allá su mortífera carga.
ahora tendremos un adelanto de lo que va a suceder cuando los gobiernos vayan dando carta libre a las reuniones religiosas, deportivas, artísticas, sociales... lo malo, iremos viendo morir a esos irresponsables en Ohio, pero ni así van a aprender
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