Como todos los años, miles y miles de alucinados seguidores del profeta pederasta en su versión chiita se reúnen en una orgía de sangre que, tal y como muestran las siguientes fotografías, incluye a niños pequeños, para que así esta sangrienta tradición de alienación mental y masoquismo extremo se perpetúe como una condena en las siguientes generaciones.
Y por supuesto a estos idiotizados dementes poco les importa la actual pandemia coronaviral, que lo suyo es de frenopático.
Allah debe estar orgulloso de haber conseguido que esa gente, su gente, piense tan poco.
ResponderEliminar