Uno de los avances de la moderna justicia es que los delitos graves no pueden ser olvidados pagando una simple multa, sin embargo la siempre todopoderosa iglesia católica puede permitirse el lujo de ser tratada como los nobles de la época babilónica.
Allá por el segundo milenio antes de la Era Común, el código de Hammurabi fue un avance porque estableció quizás el primer código de justicia en donde los delitos quedaban claros y las penas definidas y no dependían de la siempre voluble voluntad del reyezuelo de turno. Sin embargo y a pesar de sus avances, este código era (como no podía ser de otra manera por la ya lejana época en la que se instauró) absolutamente clasista, de tal manera que el mismo delito no era penado de igual manera dependiendo de quién era la víctima y sobre todo quién era el delincuente. Así ante un mismo delito un esclavo podía ser ejecutado, mientras que un noble podía compensar la falta con una simple multa.
Pues esa misma filosofía es la que se está utilizando profusamente en los miles y miles de casos de pederastia que se están destapando en EEUU, mientras que los delincuentes sexuales laicos acaban dando con sus huesos en la cárcel, los asquerosos violadores con alzacuellos nunca llegan a cumplir condena porque una simple indemnización suele bastar para lavar la culpa, tanto del agresor con sotana como del encubridor con capa cardenalicia.
Es más, a la vista de lo rentable que le está siendo a la iglesia católica este malsano proceder el cardenal de Nueva York acaba de oficializar esta política de manera preventiva, de tal manera que cualquier víctima podrá cobrar por adelantado siempre y cuando firme un documento en el que se comprometa a no denunciar su caso a la justicia secular. Así las violaciones simplemente desaparecenán bajo la alfombra (puesto que no queda constancia alguna de ellas) y la siempre santa madre iglesia podrá seguir erigiéndose en la única garante de la ética y la moral por los siglos de los siglos.
Pues esa misma filosofía es la que se está utilizando profusamente en los miles y miles de casos de pederastia que se están destapando en EEUU, mientras que los delincuentes sexuales laicos acaban dando con sus huesos en la cárcel, los asquerosos violadores con alzacuellos nunca llegan a cumplir condena porque una simple indemnización suele bastar para lavar la culpa, tanto del agresor con sotana como del encubridor con capa cardenalicia.
Es más, a la vista de lo rentable que le está siendo a la iglesia católica este malsano proceder el cardenal de Nueva York acaba de oficializar esta política de manera preventiva, de tal manera que cualquier víctima podrá cobrar por adelantado siempre y cuando firme un documento en el que se comprometa a no denunciar su caso a la justicia secular. Así las violaciones simplemente desaparecenán bajo la alfombra (puesto que no queda constancia alguna de ellas) y la siempre santa madre iglesia podrá seguir erigiéndose en la única garante de la ética y la moral por los siglos de los siglos.
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