Como la religión es quizás la faceta más irracionalmente
absurda de la conducta humana, su incorporación a la legislación lleva sin
remedio, además de legalizar los más antidemocráticos comportamientos, a las
más disparatadas situaciones. En el estado norteamericano de Indiana sus muy cristianos
legisladores han ideado una perversa ley que bajo el nombre de "Ley de
Restauración de la Libertad de Culto" prohíbe al estado inmiscuirse en el
ejercicio religioso de los ciudadanos en cualquiera de sus facetas. Y me dirán
ustedes ¿qué problema hay en proteger las creencias de las personas frente al
siempre sospechoso estado?
Pues el mismo problema que sería promulgar una "ley de
restauración de la libertad de acción" en la que se prohibiera al estado
inmiscuirse en la capacidad de actuación de los ciudadanos. ¿Se imaginan que
todas las personas pudiéramos comportarnos sin cortapisa alguna y sin temer posteriores
consecuencias legales?¿Qué pasaría? Exacto, que sería la ley de la jungla. Los
poderosos abusarían de los débiles y nadie podría objetar nada frente a un
robo, una violación o un asesinato puesto que todos los ciudadanos tendríamos
el derecho de actuar bajo la única guía de nuestra santa voluntad y si alguien
sale perjudicado pues como dice el refrán "ajo y agua".
Pues bien volviendo al tema, esta ya tristemente famosa "Ley de Restauración de la Libertad de
Culto" permite de facto la discriminación, cuando no la persecución o la opresión de las
minorías siempre y cuando algún libro sagrado así lo dictamine. Y ya sabemos
que las biblias, coranes y demás verdades reveladas si por algo se
caracterizan es por su intolerancia y fanatismo.
Así entonces si los homosexuales ofenden a tu religión (cosa
nada extraña por la secular fijación de los dioses abrahámicos por nuestras
intimidades de alcoba), pues un piadoso creyente de Indiana puede negarse a
servir comida en su restaurante, atender en su comercio e incluso negar
tratamiento médico en su muy cristiano hospital a estos nefandos sodomitas con
total legalidad.
Que, tal y como han dictaminado todos los sabios padres de
la iglesia a lo largo de los siglos, la mujer es un ente inferior necesitado de
varonil guía, pues entonces para qué gastar tiempo y dinero en dar educación formal
a las niñas. Y así se podrá impedir en Indiana el acceso de las mujeres a la
universidad y los colegios podrán educar a las hembras exclusivamente en lo
verdaderamente importante, labores caseras y abandonar la docencia de esas
complejas asignaturas de matemáticas o ciencias fuera del alcance del siempre
muy limitado intelecto femenino.
Que tal y como afirman las escrituras, los judíos son
culpables del nefando pecado del deicidio de Nuestro Señor Jesucristo, pues
entonces ¿cómo voy a contratar en mi santa empresa a uno de estos convictos?
Bastante haré si no cojo mi fusil de asalto y empiezo a repartir justicia por
las impías sinagogas del Medio Oeste.
Como se puede observar todo un despropósito legislativo que
por supuesto puede legalizar además los
malos tratos, cuando no la pura tortura, dentro de la familia puesto que el
varón de Indiana tendrá todo el derecho del mundo a
"disciplinar" tanto a su siempre inferior esposa como a sus díscolos
hijos de la piadosa manera que se explica en el Corán o en el Viejo Testamento.
Y como siempre todas las tragedias tienen también su lado
cómico, pues esta ley ha permitido a unos avispados porreros del lugar
legalizar la siempre controvertida práctica del consumo de la marihuana. Nuestros
protagonistas han creado la "Iglesia del Cannabis" bajo el muy
religioso lema de que
"Es nuestra fuente de salud, nuestro amor, nos cura la enfermedad y la depresión. La abrazamos con todo nuestro corazón y espíritu, de forma individual y como grupo."
y con su recién aprobada libertad religiosa
total pues ahora pueden practicar su placentera afición sin temor alguno al sheriff
del condado.
Finalmente esperemos que los pedófilos de Indiana no se
agrupen e inauguren la "Iglesia del Amor Infantil" porque al final
los piadosamente descerebrados legisladores de Indiana acabarían legalizando
los abusos sexuales a menores y la pederastia en todas sus facetas, aunque eso
por supuesto haría muy felices a los sacerdotes y obispos católicos del
mencionado estado y muy seguramente produciría un flujo migratorio de proporciones bíblicas de sotanados de todo el mundo hacia Indiana para poder seguir perpetrando sus asquerosos crímenes con total impunidad.
El objetivo de la libertad religiosa es proteger a los ciudadanos de las religiones.
ResponderEliminarDisiento. La libertad religiosa implica proteger a los religiosos en sus prácticas contrarias a las leyes del Estado. Es una cuestión algo sutil y de consecuencias nefastas si se aplica a rajatabla, como bien manifiesta ateo666666. Saludos.
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