En China han
condenado a la pena de muerte por corrupción a un directivo al aceptar 6
millones de euros en sobornos.
Aunque estoy totalmente en contra de la pena de muerte bajo
cualquier circunstancia, puesto que ello equipara a la justicia con los
criminales que debe perseguir, no me digan que no es para dejar volar un poco
la imaginación, ya que si esta drástica medida se implantara en España iba a
correr el escalafón entre los políticos de manera vertiginosa. Por lo pronto se
deberían convocar nuevas elecciones por falta de quórum en el gobierno central
y en la mayoría de las comunidades autónomas y ayuntamientos del país.
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