Mucho se está hablando últimamente sobre los supuestos cambios de rumbo que parece ser que el nuevo papa argentino está intentando llevar a cabo dentro de la esclerótica, antidemocrática y muchas veces criminal iglesia católica.
Columnas periodísticas, artículos de opinión y noticias televisivas llenan los diferentes medios de comunicación sobre los mismos ya gastados tópicos de la iglesia:
* Llamamientos a la caridad. Pero eso sí, nada de que la propia iglesia contribuya con sus innumerables bienes e incuantificables riquezas a ayudar a los pobres, no sea que los obispos dejen de vestir oro y joyas y de vivir en palacios episcopales, que ya están muy mayores para volver a pasar necesidades.
* Declaraciones sobre el nuevo papel de la mujer dentro de la organización probablemente más sexista del planeta. Al final ya verán como todo se queda en agua de borrajas y la mujer católica siguirá atada a la pata de la cama tal y como algunas de ellas por cierto piden masoquistamente. Y lo de ordenar sacerdotisas (herejía máxima) nada de nada, pero claro es que hay que estar muy desesperada para querer ingresar en una organización que lleva dos mil años discriminando, humillando y controlando a las personas de tu género.
* Una nueva moral más flexible y acorde con los nuevos tiempos. Aunque no se equivoquen, mucha compresión de palabra pero al final las mujeres que abortan, los homosexuales, las lesbianas, los transexuales, etc. seguirán acabando en el infierno por toda la eternidad, tal y como viene ocurriendo desde siempre. Y que den gracias que la santa madre iglesia ha abandonado el justo castigo de la lapidación instaurado por dios y tan claramente definido en la Biblia.
* Una nueva visión de la sanidad y la ciencia. Pues no, ya verán como los nuevos tratamientos médicos con células madre o la simple inseminación artificial seguirán siendo inventos demoniacos y por supuesto que eso de utilizar el preservativo (apártate de mí Satanás) como método de planificación familiar y para evitar enfermedades de transmisión sexual y el SIDA nada de nada; que hay que aumentar el rebaño cristiano ya que si no los impíos musulmanes pueden ganar la batalla demográfica.
Así que al final ¿por qué deberíamos no ya hacer caso sino tener en cuenta siquiera las opiniones de un grupo de ancianos seniles que dicen hablar con palomas extraterrestres, obsesionados con el sexo aunque sin embargo dicen no practicarlo (excepto cuando se trata de encubrir violaciones a menores de edad por parte de sus acólitos) y que en su pobre estrechez mental interpretan la compleja realidad de la sociedad hiperdesarrollada del siglo XXI basándose únicamente en un libro escrito hace milenios por unos pobres e ignorantes pastores de cabras judíos (muchos de ellos con evidentes trastornos psiquiátricos) para amenizar las largas y frías noches del desierto?
* Llamamientos a la caridad. Pero eso sí, nada de que la propia iglesia contribuya con sus innumerables bienes e incuantificables riquezas a ayudar a los pobres, no sea que los obispos dejen de vestir oro y joyas y de vivir en palacios episcopales, que ya están muy mayores para volver a pasar necesidades.
* Declaraciones sobre el nuevo papel de la mujer dentro de la organización probablemente más sexista del planeta. Al final ya verán como todo se queda en agua de borrajas y la mujer católica siguirá atada a la pata de la cama tal y como algunas de ellas por cierto piden masoquistamente. Y lo de ordenar sacerdotisas (herejía máxima) nada de nada, pero claro es que hay que estar muy desesperada para querer ingresar en una organización que lleva dos mil años discriminando, humillando y controlando a las personas de tu género.
* Una nueva moral más flexible y acorde con los nuevos tiempos. Aunque no se equivoquen, mucha compresión de palabra pero al final las mujeres que abortan, los homosexuales, las lesbianas, los transexuales, etc. seguirán acabando en el infierno por toda la eternidad, tal y como viene ocurriendo desde siempre. Y que den gracias que la santa madre iglesia ha abandonado el justo castigo de la lapidación instaurado por dios y tan claramente definido en la Biblia.
* Una nueva visión de la sanidad y la ciencia. Pues no, ya verán como los nuevos tratamientos médicos con células madre o la simple inseminación artificial seguirán siendo inventos demoniacos y por supuesto que eso de utilizar el preservativo (apártate de mí Satanás) como método de planificación familiar y para evitar enfermedades de transmisión sexual y el SIDA nada de nada; que hay que aumentar el rebaño cristiano ya que si no los impíos musulmanes pueden ganar la batalla demográfica.
Así que al final ¿por qué deberíamos no ya hacer caso sino tener en cuenta siquiera las opiniones de un grupo de ancianos seniles que dicen hablar con palomas extraterrestres, obsesionados con el sexo aunque sin embargo dicen no practicarlo (excepto cuando se trata de encubrir violaciones a menores de edad por parte de sus acólitos) y que en su pobre estrechez mental interpretan la compleja realidad de la sociedad hiperdesarrollada del siglo XXI basándose únicamente en un libro escrito hace milenios por unos pobres e ignorantes pastores de cabras judíos (muchos de ellos con evidentes trastornos psiquiátricos) para amenizar las largas y frías noches del desierto?
Zas en toda las boca a los ensotanados y sus seguidores....
ResponderEliminarLarga vida Ateo666666, para que sigas dando caña
Un saludo
Y en Argentina es peor. Todo el rato los medios te quieren convencer de lo maravilloso y humilde que es Francisco. Que cada día besa a un enfermo terminal o un tullido en estado cada vez mas calamitoso, que toma mate como cualquier hijo de vecino... la clase política oficialista y la oposición intentan adueñarse de su figua para hacer quedar al otro como "el malvado". Me tiene harto Francisco!
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