¿Pero que se creían los periodistas de Canal Nou?¿qué les iba a durar toda la vida el chollo del rastrero servilismo?

Ahora que se cierra Canal Nou, cadena de TV adelantada a su tiempo, líder en la manipulación más torticera, ejemplo del servilismo y clientelismo hacia el poder más rastrero aparecen numerosas voces hablando de pobres profesionales de la información despedidos, de servicio público, de pérdida de pluralidad informativa, etc. 

Cuando la triste realidad es que Canal Nou hace décadas que dejó de ser un medio de comunicación para convertirse en una simple maquinaria propagandística al más puro estilo del NODO fascista, en donde las loas a los caciques del PP eran la norma habitual, el desprecio y hasta el insulto más soez a cualquier persona crítica con el poder el pan de cada día y la manipulación, el oscurantismo, el servilismo y la mentira su seña de identidad.

¿Dónde estaban esos supuestos profesionales de la información cuando el accidente del metro de Valencia?¿dónde estaba no ya el riguroso análisis sino la más simple información sobre las tramas de corrupción que rebosan en el PP?¿Alguien oyó hablar alguna vez en Canal Nou de los trajes de Camps,  los bolsos de Rita Barberá o la más ligera crítica al mafioso presidente de la diputación de Castellón Carlos Fabra?¿donde había un simple periodista del canal que supiera contar más de cien personas cuando las protestas inundaban las calles y ellos repetían machaconamente las consignas del PP de que las manifestaciones estaban secundadas por cuatro perroflautas anarquistas violentos?

Porque salir ahora denunciado la manipulación informativa después de años y años conviviendo y contribuyendo a ella sin rechistar es un ejercicio de hipocresía, sobre todo cuando en realidad los buenos periodistas, los profesionales de la comunicación de verdad fueron despedidos hace años para hacer hueco a los amigos, enchufados, conocidos, militantes del PP y sus familias que han copado el organigrama de la TV pública hasta convertirla en un simple cortijo del PP valenciano. Televisión en donde se han dilapidado 1.200 millones de euros en un ejercicio orwelliano de descarada manipulación informativa para mayor gloria de neoliberales, nacionalcatólicos y demás clerigalla del Partido Popular y afines ideológicos. Ahora que tras años de ruin servilismo ya no les soportaba ni un levantino, pues tenían cotas de audiencia minúsculas y su credibilidad era nula, pues no le sirven de nada a la caterva de Zaplanas, Camps, Barberás, Fabras y demás caciques del PP a los que han servido sumisamente. Entonces ¿qué se creían, que les iba a durar toda la vida el chollo del rastrero servilismo?

Porque en todo profesional debe haber un mínimo de ética. Y cuando a una persona se le obliga a ir contra sus principios (si es que los tiene) y el código deontológico de su profesión, lo único que le queda es la dignidad de protestar, marcharse denunciando la manipulación y no seguir contribuyendo servilmente con su trabajo y esfuerzo a perpetuar la mentira y el sectarismo. Todo lo contrario de lo que han hecho la mayoría de los periodistas de Canal Nou, muchos de ellos paniaguados del PP y ahora tan sorprendidos por el cierre de una cadena zombi que llevaba décadas oliendo a muerto.

Ya que el argumento que esgrimen los trabajadores ahora para explicar tantos años de seguidismo ha sido utilizado muchas (demasiadas diría yo) veces para justificar la inoperancia y el servilismo hacia el poder: yo no puedo hacer nada, por lo que sigo los dictados de mi jefe aunque estos sean antidemocráticos o hasta ilegales. Es lo que en el Ejército se llama obediencia debida. Y luego poco a poco se va cayendo por una pendiente de degradación moral que demasiadas veces acaba en una tragedia. Sólo hay que leer un poco de historia para ver adonde pueden llevar estas situaciones. Porque si todos los ciudadanos nos amoldamos servilmente al poder, pues al final podemos acabar en una dictadura, ya que desgraciadamente, las democracias no son rocas caídas del cielo sino que por el contrario son como las plantas hay que cuidarlas, mantenerlas y luchar por ellas día a día entre todos.