En la Facultad de Medicina de la Universidad pública de Granada se
imparte un curso por parte del “padre” Ricardo Aldana Valenzuela (profesor del
Instituto de Teología Lumen Gentium de Granada, centro asociado a la Facultad de Teología “San Dámaso”) titulado “Lectura del
libro Jesús de Nazaret” sobre el libro homónimo que ha sido escrito por el
mismísimo Benedicto XVI.
Es un curso de libre configuración de tal forma que estudiantes
de diversas carreras como Comunicación
y Documentación, Derecho, Trabajo Social, Magisterio o Ingeniería de Caminos
pueden realizarlo y obtener créditos para aprobar la carrera. Ya me contarán
ustedes para que le puede servir para
el desempeño de su profesión a un futuro abogado o ingeniero de caminos la lectura de la vida de Jesucristo novelada por
el actual papa. Bueno, a lo mejor sirve para que si éste último duda de los
cálculos de estructura de un puente, al rezar un rosario, dios en su infinita
bondad se apiade de zoquete cristiano y mediante un milagro impida que la obra
de ingeniería civil se desplome matando a las incautas personas que creían
estar seguras en manos de un profesional que ha estudiado teología en lugar de
ciencia. Pero es que además también sirve para ayudar a aprobar carreras como Farmacia,
Medicina u Odontología. Lo dicho, ante cualquier duda médica o de prescripción
de un medicamento sólo queda que el profesional cristiano pueda solicitar la
ayuda divina para cubrir su ignorancia.
¿Y por qué es tan importante este famoso curso para futuros
profesionales de tan vastos y alejados campos del saber? Pues como indica el
propio padre Aldana:
“El libro JESÚS DE NAZARET de Benedicto XVI, en sus dos volúmenes, constituye un hito en la reciente investigación sobre la figura indeclinable de Jesús. El libro es tan erudito como sencillo, tan detallista como sintético, tan atento a los detalles más relevantes de la investigación literaria e histórica como abierto a la hermenéutica teológica. El libro ha intentado y conseguido salvar el abismo que ha dominado durante décadas en este campo: por un lado la crítica histórica y literaria, por otro el conocimiento teológico. Benedicto XVI ha conseguido poner una “y” conjuntiva entre los dos campos, una “y” que proviene de la actitud de fe en una Palabra más alta que la humana.”
Como pueden observar, un profesional que haya leído con
interés y aplicación este erudito libro habrá conseguido salvar el abismo entre
historia, literatura y teología. Y este hecho tan necesario ya le predispone
para ser un excelente abogado, ingeniero, maestro, médico, farmacéutico o lo
que se tercie.
Finalmente yo me pregunto en mi absoluto desconcierto, ¿donde queda el rigor académico y científico que debiera tener una universidad pública española?
Finalmente yo me pregunto en mi absoluto desconcierto, ¿donde queda el rigor académico y científico que debiera tener una universidad pública española?
No hay ningún problema. Es decir, ponemos a la Biblia al nivel de la Iliada o la Odisea, pero tenemos la descarada hipocresía de no querer que se estudie, a diferencia de esas obras griegas que nos tenemos que comer.
ResponderEliminarEl estudio de la religión es tan relevante como cualquier curso de humanidades. Es cultura.
No digo que ser ateo implique ser inculto, de hecho generalmente es lo contrario, pero estudiar la religión también es cultura y es relevante para entender la civilización.
Entonces Josell
ResponderEliminar¿Estás defendiendo que un médico apruebe la carrera con cursos sobre la Odisea, los mitos de los indios navajos o el papel de la brujería en la sociedad medieval que también son cultura? Pues yo en cambio prefiero que mi médico haya estudiado a conciencia fisiología, anatomía o la Teoría de los gérmenes por poner algunos ejemplos relevantes. Que quieres me quedo más tranquilo.
Además caes en la misma falacia que muchos creyentes (no sé si de forma interesada o por simple e inocente error) y es asociar la propaganda impartida por un acólito sectario (como es el padre Aldana) sobre un panfleto inventado por otro fanático religioso (B16) sobre su iluminación particular de un posible personaje histórico (del cual no existe documentación imparcial alguna) con el estudio serio de una religión particular (en este caso el cristianismo). Existen numerosos trabajos científicos sobre Jesús y el cristianismo primitivo realizados por verdaderos estudiosos (historiadores, filólogos, etc) que podían haber sido elegidos como base para un curso universitario, pero que casualidad esto no ha ocurrido en la Universidad de Granada.
Y para finalizar estoy totalmente de acuerdo contigo en que
“estudiar la religión también es cultura y es relevante para entender la civilización”
pero como he comentado antes siempre desde un punto de vista científico y ya puestos de todas o al menos las religiones más relevantes para comprender la historia de nuestro país: mitología celtibérica, panteón greco-romano, dualismo entre catolicismo y el arrianismo visigodo, islam y judaísmo, enfrentamiento católico-protestante durante la edad media o conflicto ciencia-religión. Éste último muy importante para entender el secular atraso de nuestro país frente a otros países de nuestro entorno cultural.
El proselitismo se da en cualquier disciplina o ideario que pretenda tener razón. Todos en cierto modo somos proselitistas cuando recomendamos un restaurante, un celular, una ciudad o cualquier otra cosa.
ResponderEliminarEl ateísmo, también tiene en estas páginas su proselitismo más o menos dirigido contra la religión católica, o contra formas de superstición, error, y fanatismos. Nada nuevo bajo el sol. Si tiene razón pues bien ¿y, si no?
Todos, cuando contamos nuestras aventurillas, tratamos de hacer proselitismo porque tratamos de convencer a los demás de que lo que hacemos o hemos hecho es lo “más guay”.
Los cristianos no pretendemos llevar a nadie a nuestro pensamiento, solo que creemos que tenemos razón y tratamos de comunicarlo. Cremos firmemente que la vida cristiana es la mejor y más benéfica para todos. Como todos los demás, (se me podrá argüir que solo algunos)pero eso es problema de los tales.
Si alguien desprecia nuestras ideas o fe, hacemos como dijo Jesús. Dejadlos; son ciegos que guían a otros ciegos. Y creemos acertar. Pero no somos los censores de los demás ni somos poseedores de la "piedra filosofal".
En lo que te doy la razón es en el fanatismo. Pretender que otro entre en tus mismas formas de pensar es, cuanto menos estúpido, y viola la libertad de los demás. Nada de violencia que es, precisamente, el arma del débil.
Cada cual es esclavo de su opinión, y eso me parece un error porque nadie conoce absolutamente todo. Yo no entiendo nada de trabajos de “manitas” y en cambio en trabajos intelectuales me desenvuelvo bien.
Por eso no desprecio lo que otro hace, ni creo ser merecedor de desprecio porque no soy capaz de arreglar un simple enchufe. Si Dios (o la Evolución para otros), nos hizo libres ¿quien soy yo para decirle a otros lo que tienen que hacer?
Todos creemos que estamos en la verdad pero alguien seguro que está equivocado. Bueno, hay para escribir varios libros pero no es cuestión de tratar de torcer la voluntad de otros en pro de lo que yo creo. Estaremos donde queramos estar. Aunque parezca una boutade.
Rafael
ResponderEliminarA veces no sé si reírme o echarme a llorar con tus afirmaciones. ¿Cómo que los cristianos no intentáis llevar a nadie a vuestro pensamiento? Los cristianos lleváis dos mil años intentando imponer por todos los medios posibles (muchas veces violentos) vuestra sesgada y prehistórica alucinación colectiva cercenando la libertades individuales y los más elementales derechos humanos del resto de la humanidad.