Como ya comenté en una entrada anterior, la
capacidad de la iglesia católica para culpar a otros de sus delitos es
legendaria. Un nuevo ejemplo de la justificación de la pederastia eclesiástica católica
la acaba de dar Celso Morga que es nada más y nada menos que el Secretario
de la congregación para el clero del Vaticano. Según este incalificable individuo,
representante de la curia encubridora de los miles de nefandos abusos sexuales a
menores en todo el orbe católico, los culpables no son los sacerdotes
pederastas y los obispos encubridores. No señor. Es que los ignorantes ateos en
nuestra infinita maldad guiada por el Maligno no entendemos nada de la sutileza
del problema. “La ausencia de Dios está en la raíz de los abusos sexuales” según este demagogo
ungido por el Espíritu Santo. Ya me quedo más tranquilo. Ahora solo hay que explicarselo a las víctimas. Por cierto ¿dónde estuvo
ese dios omnipotente para no ver durante varias décadas que sus representantes
terrenales violaban niños sin parar? Muy probablemente espiando nuestras
intimidades de alcoba para insuflar a cada óvulo fecundado un alma inmortal en
el primer segundo de su existencia como nuevo ser vivo. Si es que el pobre no
tiene tiempo para nada con tanto fornicio. Y además muchos de nosotros haciéndole
perder el tiempo al usar preservativo. Incorregibles que somos.
Y los pastores protestantes, rabinos, imanes, dermatólogos, conductores de metro y picapedreros que también violan niños? Veo tanta rabia acumulada en esta página.. tanto odio.. que da más bien pena que indignación. Sólo le falta un apartado de loas a José Luis Rodriguez, ex presidente del gobierno.
ResponderEliminarSantacruz
ResponderEliminarLa gran diferencia entre la iglesia católica y por cierto los ultraortodoxos judíos, a los que también denuncié en la entrada
http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2012/05/tambien-los-ultraortodoxos-judios-y-la.html
con respecto al resto de los colectivos es que cuando se acusa a un cura o rabino, sus respectivas jerarquías eclesiásticas salen a defender al asqueroso criminal y ofenden y humillan a las víctimas y a sus familias. Cuando un dermatólogo, un ingeniero o un picapedrero es acusado de pederastia el respectivo colegio profesional no sale inmediatamente en defensa del violador sino que por el contrario muchas veces el delincuente es expulsado del colectivo para no manchar la buena imagen del resto de los respectivos profesionales. Mientras que en el círculo religioso, al depravado criminal se le ampara, ayuda y esconde. Así que estimado Santacruz no es odio, es simple denuncia, ten por seguro que si cualquier otra institución hubiera permitido y encubierto tantos miles de horrendos crímenes sexuales contra la infancia, a día de hoy estaría ilegalizada en todo el mundo y sus dirigentes perseguidos por la Interpol. Pero claro, la ley no se aplica a B16 y sus obispos encubridores.