A veces, dentro del desierto intelectual en el que consiste la religión, se produce un verdadero milagro y aparece un creyente capaz todavía de tener un mínimo de pensamiento crítico y aunque ha sido adoctrinado hasta la médula puede en su infinita ignorancia llegar a reconocer la verdadera y demoledora realidad de sus creencias.
No sé por qué pero me da a mí que el tío se ha quedado con cara de tonto y sin entender nada...
ResponderEliminarPor una parte es un ejemplo de racionalismo, por llegar rápidamente a las conclusiones verdaderas, pero no hay que olvidar que al ser creyente tiene bastante disminuído el raciocinio por el virus de la fe.
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