Una de las características más curiosamente divertidas de la religión es que, aunque los adeptos de una determinada fe pueden comprender la infinita estupidez del resto de religiones, sin embargo destruye la capacidad de raciocinio del ignorante adepto para entender que también sus creencias son igualmente estúpidas como las de las otras confesiones, tal y como muy mordazmente nos muestra en este video el siempre brillante Jimmy Carr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario