Los cristianos en su infinita ignorancia llevan dos milenios adorando a un dios tan incongruente que no puede ni siquiera existir pero claro, ellos no se han enterado porque no conocen nada de Filosofía Clásica.
Aunque los creyentes, en su pertinaz ignorancia no se hayan enterado, el filosofo Epicuro destrozó al cristianismo 300 años antes de su aparición ¡esto sí que es un verdadero milagro y no esa soberana estupidez de los gorrinos endemoniados!
Y lo hizo utilizando simplemente el más elemental raciocinio (algo por supuesto de lo que carecen los religiosos de todo pelaje, cristianos incluidos) con un incisivo a la vez que demoledor argumento (que además puede expresarse en poco más de un minuto), destruyendo toda esa infinita estupidez consistente en inventarse dioses que en el fondo no pueden o no quieren nada con los humanos.
Pero desgraciadamente, la nula capacidad de raciocinio impide a los religiosos comprender en toda su extensión este axioma fundamental del pensamiento crítico.
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