La Biblia es ese supuestamente “perfecto” libro revelado por una deidad omnisciente y todopoderosa para mostrarnos la “verdad” y guiar a la civilización.
Sin embargo, solo hay que adentrarse en sus páginas para comprender (algo que el semideficiente rebaño cristiano es incapaz de hacer) que este libro es tan solo el producto de los delirios, deseos y esperanzas de unos pobres analfabetos de la Edad del Bronce, con más miedo que vergüenza y nula inspiración “divina”.
Porque empezando por su primer capítulo, ese en el que se crea un Universo de cartón piedra y una Tierra plana (que hace las delicias de los estúpidos terraplanistas), con un jardín del Edén en donde los leones no se comían a las gacelas (y yo me pregunto ¿serían vegetarianos los carnívoros?) y sus serpientes parlantes capaces de engañar a la costilla de Adán, hasta ese apoteósico final, en el que un dios supuestamente benevolente tortura hasta el genocidio a su "querida" creación humana, todo es un despropósito mayúsculo que sólo bajo el prisma de la antropología científica tiene explicación: los analfabetos judíos no se diferenciaban en nada de los aborígenes australianos o los esquimales del ártico, ya que todos ellos intentaron con sus grandes cerebros y su nulo conocimiento dar una explicación (la que fuera ya daba igual) a una naturaleza que les maravillaba a la vez que les producía un terrible pavor y de la que desconocían todo.
Soy de la científica opinión que los antropólogos de dentro de un par de milenios (si antes no nos autodestruimos en un apocalipsis climático-atómico que nada tendrá que ver con lo aventurado en la Biblia) estudiarán estupefactos cómo una civilización hipertecnológica como la del siglo XXI haya podido estar atada durante tanto tiempo a la estulticia cristiana. Y con justicia, nos catalogarán poco más que esa Edad Media sobre la que pensamos que está tan lejana para nosotros.
P.D:
Y de regalo un interesante video sobre este tema:
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