La monstruosamente miserable doctrina del cristianismo tiene dos abominaciones morales. La primera es la creencia de que los no cristianos (independientemente de sus buenas acciones o moral perfecta) indiscutiblemente acabarán en el infierno siendo torturados sádicamente por toda la eternidad.
Y la segunda es que independientemente de lo monstruoso que haya podido ser cualquiera en vida, si en el último, último suspiro de su vida acepta de todo corazón a Jesucristo como su salvador irá directamente al Cielo a disfrutar de una eternidad de gozo y de dicha.
Y, tal y como muestra el siguiente video, la mezcla de ambos conceptos teológicos pueden dar como resultado la mayor de las injusticias, solo justificable por la indecencia amoral de los semideficientes mentales seguidores del nazareno demente.
¡¡Cojonudo!!, por eso hay tanto ladrón de guante blanco, violador de pajarita, guerreros de pelo en pecho, luego se arrepienten en el último minuto o bien lo hacen en el confesionario y aquí paz y después gloria.
ResponderEliminarAsí sea, por los siglos de los siglos amen.
Solo hay que leer la Biblia, o cualquier texto sagrado, para quedar atónito por las incongruencias, contradicciones y tonterías, en general, que se dicen.
ResponderEliminar¿Alguien esperaba encontrar un tratado científico, algo racional? claro que no, historias contadas para inculcar el miedo o la esperanza de una vida mejor, si haces lo que te dicen, claro.
Qué lento avanzamos, estas escrituras tienen dos milenios, y seguimos con ellas a vueltas.
Salu2