Uno de los grandes “argumentos” de los creyentes para intentar convencer de que todo este maravilloso mundo que nos rodea fue creado por una colérica zarza ardiente para disfrute y solaz de unos monos con poco pelo y cabezones como nosotros es apelar a un supuesto del “ajuste fino del Universo”.
Pero sin embargo, no hay que ser Premio Nobel (sino únicamente utilizar una mínima parte de la capacidad de ese maravilloso órgano con el que nos ha dotado la selección natural para discernir, y que muy desgraciadamente está más que bloqueado entre el adocenado rebaño cristiano) para darse cuenta que prácticamente nada del casi infinito espacio-tiempo del Universo tolera la vida en general y mucho menos la existencia de unos prepotentes simios con mucho ego y poco juicio.
Decir que el universo está ahí para que existamos, en un planeta llamado Tierra, parte del inhóspito Sistema Solar, que pertenece a la Vía Láctea, que está enmarcada en el cúmulo de galaxias del Grupo Local, integradas en el Supercúmulo de Laniakea es, además de un absurdo, un claro caso de geoantropocentrismo especista. Mi blog es infinito5.home.blog
ResponderEliminar