En un momento en el que están disponibles en el Primer Mundo vacunas contra el coronavirus se está produciendo un “beneficioso” efecto secundario: que algunos conspiranoicos están falleciendo a causa de ese virus al que tanto desprecian.
Así, en EEUU un antiguo oficial de la CIA que se vanagloriaba de haber sido el primer imbécil en llamar a la COVID-19 un engaño acaba de fallecer a causa de ese “engañoso” virus, porque aun enfermo afirmaba que
“No voy a vacunarme, aunque hoy he dado positivo en lo que sea que llaman ‘COVID’. […] Nunca volveremos a ser los mismos porque ahora sabemos que nos han mentido en todo. [...] La buena noticia es que sobreviviré con unos días de descanso.”
Así que descanse en paz este descerebrado ya que tras su muerte el mundo es un poquito mejor.
Alegrarse de la muerte de alguien es muy, muy triste.
ResponderEliminarPero a veces te lo ponen tan difícil, los jodíos...
Es un problema grave, porque estos imbéciles pueden contagiar a los más vulnerables.
ResponderEliminarEs una pena ver como en muchas Residencias de Ancianos hay personal que no se quiere vacunar, y en esta 5ª ola, han subido mucho los fallecimientos de ancianos vacunados (que no inmunizados, por su deficiente sistema inmunológico, con toda seguridad).
Increible.
¿Por qué será que los covidiotas que se mueren de COVID-19 casi siempre son los más mindundis y panolis, mientras que los más poderoso se libran? Ahí están todavía Trump y Bolsonaro. Y también el infame cardenal Raymond Burke, que estuvo a punto de palmarla hace un par de semanas y ahora se está recuperando (eso sí, despreciando a los médicos que le atendieron y dando gracias a Jesucristo, al que considera el único que lo salvo de una muerte segura).
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