Ahora que está tan de moda en esta pseudodemocracia de mentira rasgarse la vestiduras porque cuatro descerebrados quemen un contenedor ¡dios mío, qué gran tragedia! y rompan los cristales de media docena de escaparates ¡dónde vamos a ir a parar! quizás deberíamos pensar en la verdadera violencia, en la terrible opresión que significa que a millones de nuestros mas desfavorecidos conciudadanos se les desahucie de sus casas, no tengan para encender la calefacción o dar de comer a sus hijos, no dispongan de ningún trabajo digno y tengan que malvivir explotados por esos mismos miserables biempensantes que no toleran ningún altercado callejero mientras aplauden arrobada y miserablemente a un borbón coronado pero más que corrupto, putero y ladrón.
Mientras la justicia siga siendo selectiva, estás cosas seguirán siendo nuestro día a día.
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