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20 de noviembre de 2020

Los negacionistas del coronavirus son tan obcecados que niegan que se están muriendo por el virus

Los negacionistas son seres tan obcecados que se aferran a su irracional negativa del virus hasta el último segundo de su muchas veces corta vida.

 

Una enfermera de la UCI de un hospital de ese profundo, irracional y casi medieval Sur estadounidense ha contado las desgarradoras y absurdas historias con las que tiene que lidiar a diario en su centro de trabajo por los negacionistas de la COVID-19. Según relata, algunos pacientes de su hospital que están muriéndose por el coronavirus todavía insisten en que la enfermedad es un engaño, incluso en sus últimos alientos. Algunos prefieren creer que tienen cáncer de pulmón, antes de admitir que están infectados por el virus.

Y encima, en algunos casos dirigen su enojo y su enfado hacia el personal que intenta salvar sus vidas porque no les dicen lo único que quieren oír: que el virus les está matando y gastan sus últimos alientos en discutir con médicos y enfermeras intentando conseguir un cambio de diagnóstico que no va a alterar para nada su trágico destino.

Según comentó en una entrevista

"Creo que lo más difícil de ver es que la gente todavía está buscando algo más y quieren una respuesta mágica, y no quieren creer que el virus sea real. La gente busca cualquier cosa. La gente quiere que sea gripe, quieren que sea neumonía, incluso hemos tenido personas que han dicho: 'Creo que podría ser cáncer de pulmón', algo del todo inverosímil."

Así que así estamos, con gente que no da su brazo a torcer ni siquiera con su último aliento, porque ellos "saben" más que investigadores y médicos, aun cuando es más que probable que estos pobres descerebrados sean analfabetos científicos integrales y que no sepan diferenciar un virus de una patata.

3 comentarios:

  1. Eso ya pasó antes. A principios de los años 90, Jody Wells –un activista gay negacionista del SIDA– creó la revista Continuum para ofrecer un púlpito a todos los disidentes. Sólo 10 años más tarde, Jody y todos los editores de aquella publicación habían muerto a causa del mismo virus cuya existencia negaron durante una década, obligando a cerrar para siempre el magazine. No es un caso aislado. Un psiquiatra norteamericano llamado Casper G. Schmidt publicó en 1984 un estudio titulado “El origen fantástico del SIDA”. En él defendía que el sida no era una enfermedad real. Era una dolencia producto de una ‘histeria epidémica‘ generalizada debida a un ‘delirio inconsciente colectivo‘ provocado por la homofobia. Él mismo, especialista en los mecanismos de gobierno mental, fue incapaz de controlar su propia histeria y falleció de sida por falta de medicación en 1994.

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    1. No conocía de esos casos, muchas gracias por la información.

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  2. Lo trágico del asunto es que algunas negacionistas se negaron a tomar antirretrovirales durante su embarazo, sus hijos se infectaron y siguieron negándose a darles antirretrovirales hasta que acabaron falleciendo.

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