A estas alturas del siglo XXI no puede quedar duda alguna de
que la religión es simplemente una forma de locura más, porque creer que tu
bebé está poseído por el demonio tiene delito.
En Arkansas, la policía encuentra en una iglesia a un bebé demacrado de 21 meses "con múltiples hematomas de la cabeza a los pies" en compañía de su madre y del reverendo titular de la iglesia. Ante el evidente abandono la criatura es ingresada en la UCI "con una hemorragia cerebral y desnutrición extrema".
Y agárrense porque la justificación de la madre y del pastor no tiene desperdicio: los daños al bebé fueron causados por un demonio, por lo que habían tenido que exorcizar a la criatura.
Ahora solo falta que retiren la custodia a esta demente madre, que el niño sea adoptado por una familia normal para que quizás así pueda tener algún tipo de futuro y que tanto la madre como el pastor acaben en un centro penitenciario psiquiátrico por muchos años para alejarlos de un mundo que no entienden y en el que es evidente que pueden hacer mucho daño.
No te lo crees ni "jarto" vino. Estos dos se libran por aquello de la libertad religiosa e incluso es probable que demanden a la policía por interrumpir un culto...
ResponderEliminarNada más y nada meno que en Arkansas, en pleno Cinturón de la Biblia oiga. A esos los acaban haciendo mártires y al bebé le dan por c*l*, así de claro.
ResponderEliminarSeguimos viendo los efectos (ahora sobre un inocente bebé) del "opio de los pueblos"... evidentemente, algunos fuman más opio que otros.
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