Aunque los EEUU presume de ser el paraíso de la democracia, la libertad de expresión y los
derechos humanos, a la vista de algunos casos poco se diferencia
de un teocracia cristiana.
Porque que en pleno siglo XXI se censuren infinidad de libros en bibliotecas y centros educativos de todo el país, da un grave ejemplo de los fallos del sistema de libertades estadounidense.
Y aunque la mayoría de los libros censurados son aquellos que contienen temática sobre las minorías más oprimidas: homosexuales, lesbianas, transexuales o nativos americanos, la lista de la vergüenza contiene clásicos como "De ratones y hombres", "El cuento de la criada", "Huckleberry Finn", "El guardián entre el centeno", "El color púrpura", "El diario de Ana Frank", "La casa de los espíritus", "1984" o "La naranja mecánica". Si hasta se prohíben libros como "El juego de Ender" o el divertidísimo "El curioso incidente del perro a medianoche".
En resumen, que el puritanismo estadounidense en poco se diferencia de la censura medieval del "índice de libros prohibidos" del Vaticano.
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