No queda la menor duda de que la incapacidad del
(des)gobierno de la Comunidad de Madrid es manifiesta, pero aún así los
despropósitos pueden acumularse hasta la peligrosa senda del fascismo.
Ayer viernes y después de 4 meses de inoperancia absoluta en el tema sanitario, puesto que no se han contratado los rastreadores necesarios ni tampoco se han reforzado las plantillas de médicos y enfermeros en previsión de una segunda (y más que previsible) ola de la pandemia coronaviral, el (des)gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido tomar un conjunto de medidas de control (a cual más absurda e ineficaz) que no sólo no frenarán la expansión de la pandemia, sino que estigmatizarán socialmente y culpabilizarán de la epidemia a los barrios y a los colectivos más humildes de Madrid.
Porque confinar barrios porque alcanzan la "mágica" cifra de 1.000 infectados por cada 100.000 habitantes y mantener abiertos otros cuya tasa es de 900 u 800 es una idea de bombero torero que demuestra que quien está al mando no tiene ni idea de inmunología, virología, epidemiología y salud pública. Porque ¿cuál es la razón científica para suponer que 1001 infectados como es el caso del barrio confinado del Pozo del Tío Raimundo en Vallecas son más peligrosos que los 944 detectados en el barrio de García Noblejas del distrito de Moratalaz, que sin embargo no ha sido confinado?
Pero es que además, en el culmen del disparate, los humildes vecinos de Carabanchel, Getafe, Parla, Usera o Vallecas sólo pueden salir de sus barrios para ir a trabajar, a cualquier sitio de la Comunidad de Madrid, por lo que únicamente cabe suponer que los preclaros gobernantes madrileños suponen que esos trabajadores son solo contagiosos cuando van a la compra o a pasear fuera de su barrio, pero que en los abarrotados transportes públicos madrileños, en las fábricas, oficinas, bares, restaurantes y tiendas de fuera de los lugares confinados "mágicamente" el virus no se puede expandir y nadie se infecta.
Por todo ello queda meridianamente claro que el objetivo de Ayuso y sus incompetentes secuaces no es la salud pública, sino tomar algunas medidas cosméticas (para que parezcan que hacen algo) mientras dan razón a los fascistas de VOX, que llevan semanas culpabilizando a los más desfavorecidos: inmigrantes y pobres de la expansión del virus.
Por todo ello, en Madrid vamos hacia un apartheid al estilo sudafricano, en donde los pobres vivirán hacinados y encerrados en guetos, y solo podrán salir para servir de señoras de la limpieza, chóferes y jardineros de los privilegiados de los barrios ricos. Algo así como la Sudáfrica racista de los afrikáners hizo en su momento.
Así que animo a todos mis convecinos afectados por este arbitrario y discriminador confinamiento a poner todos los días a los 20:00 h la famosa canción del Príncipe Gitano:
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