Los religiosos necesitan de vez en cuando un milagro que les
"confirme" que sus creencias son algo más que delirios inventados por
profetas con evidentes enfermedades mentales. Y así buscan afanosamente cualquier
fenómeno raro o extraño o cualquier simple coincidencia, y por supuesto sin
ningún atisbo de racionalismo o pensamiento crítico caen arrobados ante la
"prueba" de que su religión es la única verdadera.
Y así surgen los milagros como el de la ciudad polaca de Legnica.
Allí hace unos años un avispado sacerdote notó que una de las obleas de
insípido pan que la santa madre iglesia lleva dos milenios vendiendo como el cuerpo
y la sangre de su mesías (inciso: ¡qué asco! si fuera verdad por eso del
canibalismo católico) tenía una curiosa mancha roja.
Como la mente del creyente es capaz de hilar muy fino y
hasta saltar al vacío si es necesario, la legión de creyentes del pueblo rápidamente
supuso que eso era la sangre del nazareno demente y la máquina de propaganda
católica empezó a rodar a marchas forzadas en un país tan creyente como
Polonia.
Además, para convencer a los siempre incrédulos racionalistas la
parroquia envió un fragmento de la mencionada hostia "sangrante" y
parte del líquido de la copa que la contenía a la faculta de medicina de
Wroclaw para certificar si se trataba de carne y sangre humana. Los análisis
concluyeron que no se habían encontrado muestras de fibras cardíacas ni rastro
de ADN humano. Pero por supuesto, esto no desanimó al aborregado rebaño
católico y por ello otras muestras fueron posteriormente enviadas a la Universidad
Pomeranian de Szczecin,
que esta sí certificó la existencia de "restos de músculo cardiaco"
cuyas fibras eran "características de lo que ocurre en la agonía".
¿Cómo
un laboratorio no encuentra nada y otro es capaz de hallar "agonía"
cardiaca? Pues siendo un poco mal pensado habría que investigar si los
afortunados descubridores no son fanáticos católicos dispuestos a jugarse su
reputación profesional por darle gusto a la Iglesia.
Esta segunda y malpensada opción cobra sentido cuando se
observa que desde el ya lejano año de 2014, que es cuando se certificó que la hostia
contenía restos de corazón humano no se hayan hecho más estudios en profundidad
que, a la vista de cómo ha avanzado la genética, podría determinar el genoma
completo del nazareno y así saber la contribución genética real de la paloma
fornicadora extraterrestre. Algo que por supuesto sí que sería un estudio que
rompería los actuales moldes de la Ciencia en los más diversos campos y que
sería merecedor de varios Premios Nobel consecutivos para sus descubridores.
Pero parece que ni la iglesia ni los científicos de la Universidad de Szczecin
están ya por la labor, ya que el "milagro" ya ha dado los frutos
esperados que son los de siempre: aumentar
las visitas de los ignorantes a la iglesia que custodia la mencionada hostia
y ya de paso dejar generosas limosnas.
Y ya para terminar indicar que esto de las hostias con
manchas rojas ocurre con una cierta frecuencia en todo el orbe católico y
cuando se analiza de verdad, por rigurosos profesionales eso sí, siempre da el mismo
resultado: la mancha roja es un simple hongo tal y como se atestiguó en Salt
Lake City, Tejas
o Minnesota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario