Y bajo esta premisa, los creyentes tienden a desentenderse de los problemas del mundo, puesto que si ellos rezan trasladan su responsabilidad hacia esos entes más que inventados por profetas dementes y alucinados. Y un reciente estudio realizado en EEUU ha venido a confirmar esta más que curiosa relación de las personas religiosas con su hacedor.
El estudio consistió en preguntar a casi 400 personas, la mitad religiosos y la otra mitad ateos y agnósticos. A los creyentes se les hizo rezar por víctimas de desastres naturales mientras que a los irreligiosos se les hizo pensar en esas mismas personas. Mientras que dos tercios de los creyentes pensaron que sus oraciones podían servir de algo a los que habían sufrido pérdidas por un huracán, sólo el 20% de los increyentes consideraron que sus pensamientos podían servir para algo. Inciso: este dato indica claramente que todavía algunos agnósticos siguen teniendo esas absurdas reminiscencias del adoctrinamiento religioso.
Cuando se hacía pensar en los damnificados, tanto los creyentes como los increyentes aumentaban alrededor de un 20% sus donativos para los afectados. Pero el dato más llamativo es que el grupo de religiosos que había rezado por los damnificados redujo casi a la mitad sus donativos, señal de que "pensaban" (aunque no es más que ironía) que sus atenciones ya no eran necesarias, puesto que habían informado a su dios del desastre. Como si un ente todopoderoso y omnisciente necesitara dicha información, máxime cuando en caso de existir hubiera sido él mismo el culpable del desastre.
Pero así es la estúpidamente infantiloide mente de los creyentes, capaces de creer que hincarse de rodillas y apretar mucho las manos puede servir para algo más que para acabar teniendo dolores musculares.
Hay que tener en cuenta un aspecto y ese es la maldad. Cualquiera que lea escritos religiosos ya sean del antiguo o nuevo testamento se dará cuenta, si su mente está algo educada naturalmente, del trasfondo de crueldad inherente que toda creencia lleva implícito. Según toda escritura el sufrimiento es "voluntad de dios". Hemos venido al mundo a sufrir y por ende a joder a los demás. No parte de ridículas o sensatas convicciones sino de odio: "Recemos por los pobres" o por los "extraviados". Ellos piensan que un desastre es "voluntad de dios". Tal perversión moral nos muestra lo peor de una especie enferma y malvada que lo que desea realmente es el daño y el dolor del prójimo y por supuesto que no le moleste ni le suponga gasto económico. Es el mundo en que vivimos.
ResponderEliminarLas oraciones tal vez llegan (si Dios existe), pero el dinero seguro que no (imagino que el creador del hilo debe saber de la corrupción de estas ONG, pues su ateismo implica inteligencia). Esa sería la explicación al problema.
ResponderEliminar