Sólo un creyente puede ser tonto además de desgraciado

Que la religión es el consuelo y la explicación de todo para los simples de mente es algo tan constatado como que amanece cada mañana. Pero aún así, siempre sorprende la estúpida candidez de los creyentes para intentar justificar lo injustificable.

Les pongo en antecedentes. Resulta que hace unos días uno de los habituales tornados que asolan el sur de los EEUU destruye una casa. Hasta aquí nada noticiable, lo llamativo del asunto es que algunos objetos quedaron en el lugar tal y como muestra las siguientes fotografías.

Y como entre ellas se observa un ejemplar de la Biblia, algunos de los más ignorantes hablan de milagro. El que queden también algunos juguetes parece ser que no tiene importancia. Y sobre todo, que la casa en cuestión haya sido arrasada hasta los cimientos, dejando en la más absoluta ruina a sus habitantes tampoco merece consideración alguna. 

Porque si de verdad la zarza ardiente o el dios cocodrilo hubieran sido los responsables de tamaño desaguisado, lo único que demostraría este más que irrelevante hecho sería dejar constancia de que las deidades son tan malvadas que únicamente podrían ser consideradas como h.... de p....