Una de las más sorprendentes estupideces de los dogmas
religiosos es esa locura de pensar que
un demonio es capaz de entrar en el cuerpo de un cristiano y dominar su
voluntad. Y si ya es inconcebible que en este mundo moderno un cura con sotana
y un hisopo se enfrente a lo que no es más que una enfermedad psiquiátrica, cuando
el exorcismo se realiza en una institución pública como es el ejército
colombiano bajo el mando de un oficial el asunto solo puede ser considerado
como un delito más que punible.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
15 de diciembre de 2018
Un exorcismo en el siglo XXI
Labels:
Alucinaciones,
Brujería,
Demonio,
Dogma religioso,
Ejercito,
Exorcismo,
Iglesia católica,
Neurociencia,
Posesión demoniaca,
Psiquiatría,
Superstición
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Apliquemos al satanismo y los exorcismo la perspectiva sociológica : file:///C:/Documents%20and%20Settings/Administrador/Mis%20documentos/Downloads/127-572-1-PB.pdf
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstimado, los exorcistas han "determinado" que el demonio puede meterse a través de una maldición o conjuro, e incluso mediante el juego de ouija. Insólito, pero cierto. No se si es ignorancia, en todo caso es el fomento deliberado de la ignorancia y la superstición. Mientras tanto, los escándalos de notoriedad en la Iglesia ocurren sin mención de posesión diabólica alguna. Huelgan comentarios.
ResponderEliminar