Es evidente que los maltratos infantiles pueden ir más allá que los simples abusos físicos o psíquicos. Y así lo ha entendido un
juez estadounidense.
En Michigan un juez ha sentenciado a una semana de cárcel a
una madre que no había acatado un fallo judicial previo que la obligaba a
vacunar a su hijo, por lo que ante la absurda e ignorante rebeldía de la madre
decidió sancionarla con la cárcel.
Porque lo que hay que entender, es que en pleno siglo XXI
tan maltrato físico es pegar a tu hijo o privarle de comida como exponerle
innecesariamente y sin protección a enfermedades que son potencialmente
mortales, como las que previenen las vacunas.
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