Si hay algo que se le puede reconocer a la siempre
omnipresente iglesia católica es su más que probada capacidad de asombro.
Resulta que en una institución que lleva casi 2.000 años menospreciando, insultando, humillando y denigrando a la mujer viene ahora un
obispo de los de antes, de esos que pontifican día sí y día también contra el aborto, los divorciados, los homosexuales, los ateos y contra las mujeres en general y sobre todo contra las lesbianas en particular, el más que tristemente famoso arzobispo Cañizares (que más parece un personaje sacado de una novela
sobre la inquisición del siglo XV que un individuo de nuestra época) y nos sorprende a todos con la creación de la cátedra "de estudio y promoción de
la mujer" en la más que medieval Universidad Católica de Valencia "San
Vicente Mártir ".
Aunque conociendo la filosofía y las inclinaciones del
obispo hacia el más retrógrado fanatismo cristiano, que en poco se diferencia
de sus contrarios musulmanes, lo mismo el lumbreras que ocupe tan
"docto" puesto acaba concluyendo que las mujeres son subhumanos, sólo
un poco por encima de perros, gatos y el resto de animales de compañía y que
por tanto está más que justificada su subordinación ante el varón correspondiente: primero su padre y después su santo esposo, su único verdadero
señor, tal y como vienen afirmado casi desde el principio de los tiempos ese
pilar del "conocimiento" más retrógrado que fue San Agustín y el
resto de reverenciados padres de la iglesia.
Puestos a pensar en equivalencias históricas esto de
"promover" a la mujer dentro de la misógina iglesia católica es algo
tan chocante y tan contradictorio como si el partido nazi hubiera creado una
cátedra en una universidad alemana para "el estudio y promoción de los judíos",
el Kukuxklán hubiera financiado otra similar para "el estudio y promoción
de los negros" en la Universidad de Alabama, o el actual gobierno israelí ordenara
a la Universidad de Tel Aviv "el estudio y promoción de los palestinos".
En resumen, otra broma macabra de nuestro más que incalificable arzobispo de
Valencia.
Ese párrafo sobre las mujeres es un bulo. Un poco de más rigor por favor. La aversión desprovista de fundamento verosímil desprestigia no solo al autor, sino a todo el movimiento ateísta
ResponderEliminarManuel, ¿cual párrafo es un bulo?
ResponderEliminarEl que se atribuye al papa, no hay quien se lo crea. En lo demás, totalmente de acuerdo. Nunca entenderé cómo es posible que las mujeres sean las más fervientes seguidoras de una religión y una iglesia que las menosprecia y las relega al papel de compañeras del hombre... Supongo que será algo parecido al síndrome de Estocolmo...
ResponderEliminarJaime
ResponderEliminarYo que tú no pondría la mano en el fuego por Francisco. La misoginia de la iglesia es legendaria y sería muy raro que un sacerdote que no comulga con sus carpetovetónicas ideas pueda llegar a obispo, luego a arzobispo y finalmente a papa porque la estructura de la iglesia es la que es y si algo ha demostrado en estos dos mil años es que sabe purgar muy bien a los que se salen de la línea oficial. Además, en un individuo bajo sospecha incluso de haber colaborado con el fascismo argentino por haber denunciado a sus propios compañeros a los militares:
http://www.publico.es/internacional/bergoglio-papa-sombra-dictadura-argentina.html
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/14/actualidad/1363224768_851250.html
la misoginia puede ser el más leves de sus “pecados”.