La obsesión de la iglesia católica con la homosexualidad rebasa ya cualquier límite. Resulta que los mismos fanáticos que dicen "tratar y curar" la homosexualidad son luego en realidad unos depravados delincuentes sexuales.
Así un conocido sacerdote, psicoterapeuta y asesor francés del Vaticano en temas de la sexualidad, que iba por el mundo asegurando que los homosexuales no deberían ser ordenados sacerdotes, resulta que en el realidad era nada más y nada menos que un depredador sexual que se dedicaba a abusar sexualmente de sus "pacientes" en esas mismas "sesiones de terapia" diseñadas para “curar” la homosexualidad.
Y como no podía ser de otra manera este delincuente sexual sigue "trabajando" en París sin cortapisa alguna como sacerdote, terapeuta y profesor en el Colegio de los Bernardinos, además de asesorar a los Consejos Pontificios para la Familia y para la Pastoral de la Salud e impartiendo conferencias tan sugerentes como la titulada “Celibato sacerdotal: camino a la libertad” que impartió en la Universidad Gregoriana en Roma. ¡Ahí es nada! Pero eso sí, que quede bien claro que la iglesia católica es un referente insuperable de ética y moral.
Y como no podía ser de otra manera este delincuente sexual sigue "trabajando" en París sin cortapisa alguna como sacerdote, terapeuta y profesor en el Colegio de los Bernardinos, además de asesorar a los Consejos Pontificios para la Familia y para la Pastoral de la Salud e impartiendo conferencias tan sugerentes como la titulada “Celibato sacerdotal: camino a la libertad” que impartió en la Universidad Gregoriana en Roma. ¡Ahí es nada! Pero eso sí, que quede bien claro que la iglesia católica es un referente insuperable de ética y moral.
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