Una verdadera democracia se diferencia del régimen político
de opereta español en que tarde o temprano se acaba repartiendo justicia.
Así aunque diversos países latinoamericanos partían de la
misma situación que España, gobiernos atados con leyes de impunidad de
golpistas y genocidas fascistas, casi todos las naciones de América han ido
derogando más o menos lentamente esas ofensivas y criminales legislaciones y
poco a poco han ido encausando, juzgando y encarcelando en mayor o menor medida
a algunos o muchos de los líderes del genocidio fascista que asoló
Hispanoamérica hace décadas. Y el último ejemplo es el juico contra la multinacional
del terror que significó la terrible Operación Cóndor. Así en Argentina se ha condenado a más de
una docena de militares a penas de cárcel por su participación en el
intercambio y asesinato de líderes opositores de diversos países.
Y mientras tanto en España, no sólo no se ha perseguido ni juzgado
a ningún criminal franquista sino que encima día sí y día tambíen se apoya y
hasta se glorifica, muchas veces desde el propio gobierno de la nación y del
partido que le sustenta, a esos genocidas que asesinaron a cientos de miles de
personas, exiliaron a millones y mantuvieron a este desgraciado país que es España
bajo el yugo del nazionalcatolicismo más medieval durante casi medio siglo. ¡Cuánto
debemos aprender de nuestros primos del otro lado del Atlántico!.
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