España es
el único país del mundo en donde los asesinos y colaboracionistas fascistas
tienen honor, sus víctimas en cambio no tienen ningún derecho puesto que pueden
ser impunemente insultadas durante décadas, no sólo por filofascistas
particulares sino también por los propios miembros del gobierno y no pasa nunca
nada.
Ahora
bien, si alguien llama al pan, pan, al vino, vino y a los criminales fascistas
por su nombre como una concejala gaditana entonces rápidamente los
herederos intelectuales del genocidio, se sienten ofendidos, denuncian
judicialmente y lo que es peor, aparece un juez que admite a trámite la
denuncia.
Porque digámoslo
alto y claro: José
María Pemán fue un fascista, un colaboracionista, un justificador la barbarie
franquista, un delator y un represor que siempre estuvo al lado de los
verdugos, de los asesinos y de los criminales fascistas a los que delictivamente
ensalzó y aduló, justificando la represión y el asesinato político y ayudando
todo lo que pudo a que el franquismo genocida se impusiera en esta sufrida
tierra.
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