El único y verdadero Dios de Algeciras es la zarza ardiente ¡Por supuesto!

Desgraciadamente vivimos en un país de meapilas católicos que difunden su cateta ignorancia a los cuatro vientos sin pudor alguno. Y si quien manifiesta impunemente su molicie intelectual y su debilidad mental es un ciudadano particular, pues aparte de tener que seguir aguantando después de dos milenios la cansina e infantil matraca cristiana tiene un pase, pero cuando es un alcalde, un servidor público y representante de todos los vecinos (católicos, pero también musulmanes, ateos, budistas, judíos o adoradores del Gran Espagueti Volador ¡Loado sea su Tallarinesca Santidad!) el que decide pasarse por salva sea la parte la separación entre iglesia y estado y demás detallitos sin importancia (que sin embargo son los que permiten el desarrollo de una verdadera democracia integradora y no discriminante) pues sólo queda indignarse.

Y cuando el prepotente alucinado cargo público se viene arriba en su estremecedor papanatismo, como el actual alcalde de Algeciras con frases como la siguiente:

"Guardo un recuerdo especial del día en que tuve el honor de imponerle la medalla de la ciudad al único y verdadero Dios de la ciudad, el Señor de Algeciras."

que únicamente ponen de manifiesto que entre oreja y oreja aparte de pelo tiene una cabeza más vacía que la de Homer Simpson, uno no puede dejar de pensar que algo falla irremediablemente en una sociedad del siglo XXI si semejante individuo mantiene responsabilidades públicas y no es enviado a un convento cartujo a encontrarse con su querida divinidad.

Y ya liberado de cualquier despojo de racionalidad y en el límite del paroxismo místico el regidor católico ha declarado que su único aval era

"haberse quedado atrapado en los ojos de este Cristo moreno y de su Madre de la Esperanza".

Frase antológica que recuerda los famosos "éxtasis" casi sexuales de la pobre alucinada de Ávila, y que puede interpretarse casi con toda seguridad como una declaración mezcla de amor homosexual y fetichismo de escayola por eso de los ojos de la estatua del "Cristo moreno".

Pero bueno, cosas más raras se han visto por esos lares católicos, siempre tan reprimidos que consiguen extraer las más insospechadas pulsiones del siempre sumiso pero asfixiantemente reprimido rebaño católico.

Y para que no quede ninguna duda de que el alcalde piensa que sigue viviendo en el casposo nazionalcatolicismo patrio pues publica sus delirantes idioteces en la propia página web oficial del Ayuntamiento ¡con un par!