Ahora que el mundo neoliberal anda asustado por la
posibilidad de que en España llegue a gobernar un partido ajeno al servilismo
económico diseñado por el pensamiento único, y aumentan los ataques desde todas las posiciones del
espectro político establecido para mantener la criminal ortodoxia económica
que nos está llevando al desastre más absoluto, es hora de hacer una pequeña
reflexión.
Para cualquier persona que haya leído un poco de historia
queda meridianamente claro que, desde siempre, el poder ha intentado convencer
a la ciudadanía que alterar el status quo de la opresión y la explotación era
algo imposible.
En su momento se dijo que la abolición de la esclavitud
significaría el fin de la economía, puesto que los esclavos no podrían nunca ser
sustituidos de manera competitiva por trabajadores con sueldos. También se
demostró una y otra vez que las demandas de los obreros al pedir una jornada de
trabajo de 8 horas, descansar los fines de semana y tener vacaciones pagadas
¡Dios mío, qué horror! llevarían inexorablemente a la ruina a la economía y a la
disolución de la propia sociedad en un irremediable caos anarquista.
Desde prácticamente todos los medios de comunicación
"serios", es decir aquellos al servicio del gran capital, se nos
repite machacona e incansablemente que obligar a los ricos a pagar impuestos es
económicamente contraproducente porque entonces dejarán de generar empleo y
riqueza, pero los hechos son tozudos y resulta que los países escandinavos, los
de mayor imposición fiscal, son curiosamente los que poseen las economías más
estables y desarrolladas.
Sesudos economistas (doctorados por las mejores universidades)
pontifican infatigablemente con que los trabajadores deben trabajar más y ganar
menos para poder pagar los excesos de banqueros avaros y especuladores amorales
y así poder salir de la crisis, pero sin embargo son los países que siguen
estos fanáticos dogmas neoliberales los que presentan recesiones económicas más
acusadas y duraderas, mientras que las naciones que suavizan o que directamente
olvidan los "incuestionables" mandamientos neoliberales emanados de
los gurús del BCE o del FMI, son los que recuperan más rápidamente la senda del
crecimiento y del bienestar.
En resumen, hoy como siempre otro mundo, diferente al que
nos quieren encadenar los mismos poderes que llevan siglos esquilmando el planeta en su propio beneficio, es posible y si no buscamos la utopía, por todos los
medios a nuestro alcance, desgraciadamente volveremos a ser siervos de la gleba
como en la Edad Media o mucho peor, esclavos como en el Imperio Romano.
Me entusiasma verlo escrito de forma tan clara. Es urgente, para salir del pozo en que nos han metido los cenizos como Merkel y Rajoy, divulgar que la historia demuestra científicamente que buscar los ideales no nos lleva al desastre sino que son realizables.
ResponderEliminarSi señor- claro, bien claro.
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