Desde hace décadas se nos viene adoctrinando en el pensamiento
único de que los servicios públicos además de ineficientes son caros y que la única
solución pasa por el desmantelamiento del funcionariado y la gestión privada del
estado dirigida con criterios empresariales.
Pero los hechos son tozudos y la realidad muestra una y otra
vez que los criterios empresariales únicamente conducen a la búsqueda de beneficios,
olvidando la eficiencia social y abocando a la destrucción de la base [1,
2,
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4
y 5]
que sostiene el estado del bienestar, único soporte que permite mantener siquiera
mínimamente a millones de personas fuera de la exclusión social, de la pobreza
extrema y de la mendicidad, y por
extensión a toda la propia democracia.
Pues bien, el propio ministerio de trabajo acaba de reconocer
que la gestión privada del departamento de informática de la Tesorería de la Seguridad
Social es un ejemplo patente de esa descarada mentira de la gestión privada.
Así resulta que los informáticos contratados a través de empresas privadas le
cuestan al erario público ¡un 40% más!
que los informáticos funcionarios de plantilla. Pero claro, muy seguramente ese
sobrecoste se repartirá discretamente entre los dueños de las empresas y los
altos cargos de la administración para seguir engrasando la corruptelas de
nuestra vergonzante y corrupta clase política española.
Y además seguramente, los sueldos de esos informáticos son menores que los de los funcionarios....
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