Mientras el gobierno español nos vende como buen grupo de trileros
que la economía va viento en popa (al menos para la banca y el gran capital) y
que ya hemos dejado atrás la crisis, las estadísticas que vienen del exterior
únicamente tienden a confirmar lo que cualquier ciudadano mínimamente informado
e inteligente sabe: que esta crisis no hace más que empeorar y que este gobierno
miente descaradamente.
Porque UNICEF
ha presentado un demoledor informe que indica que el 25% de los niños de
este teórico país desarrollado (unos inimaginables 2,3 millones de pequeños)
están en riesgo de pobreza, datos que deberían hacer enrojecer de vergüenza a
nuestros impotentes gobernantes y que demuestran que el
santoral y las innumerables vírgenes católicas han abandonado la geografía hispana dejando a su suerte a
nuestros incapaces y descerebrados ministros meapilas.
Pero lo que es todavía peor, es que este mismo informe
denuncia que el porcentaje de niños que sufren "privación material severa",
una forma elegante de decir que pasan hambre y que sus padres no pueden
satisfacer sus más mínimas necesidades: vestido, calzado, material escolar, etc.
ha aumentado desde un 5,5% en 2008
hasta el 8,3% actual y suma y sigue. Vamos que cerca de 800.000 niños españoles
viven en hogares en la práctica indigentes, que no pueden hacer frente a las
facturas normales: agua, luz, calefacción, etc.
Pero eso sí, luego
sale el impresentable
de turno del Partido Popular diciendo que en España los niños no pasan hambre
y que la apertura de los comedores escolares durante las vacaciones de verano,
medida orientada a que al menos esos pobres críos pudieran hacer una comida
caliente y decente al día, sería un estigma para los chavales que "les
marcaria de por vida".
Y vean como tiene
que ser de grave la situación de cientos de miles de familias para que la propia
Defensora del Pueblo, Soledad Becerril haya tenido que olvidar las siglas de su
partido (y aquí hay que reconocer el mérito de esta señora) y decir
públicamente a sus impresentables compañeros de organización que dar de
comer a niños en la práctica indigentes es absolutamente necesario puesto que
"Lo que no creo es que sea algo discriminatorio, al contrario, lo que creo que es una discriminación es no tener comida"
Pero como esto es España, ninguno de esos criminales
neoliberales meapilas del PP ha reconocido su error y en una muestra de
decencia (que ya sabemos que ninguno tiene) haya dimitido por sus vergonzantes
afirmaciones, las cuales chocan frontalmente con la realidad de una ciudadanía cada vez
más empobrecida, desestructurada y al borde de la más absoluta ruina. Pero
claro, a ellos siempre que sigan aumentando los beneficios de las grandes
empresas, asunto arreglado.
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