De sobra es sabido que los políticos tienden a utilizar nuestros deseos y miedos para conseguir manipular nuestras decisiones, pero lo que acaba de demostrar un grupo de investigadores estadounidenses va mucho más allá poniendo en cuestión nuestra propia capacidad para tomar decisiones sensatas.
Así los científicos seleccionaron a un grupo homogéneo de personas a las que tras mostrar un video relajante de playas paradisiacas y palmeras se subdividió en tres grupos. Un primer grupo escuchó música relajante, un segundo grupo observó un protector de pantalla con formas abstractas y un tercer grupo fue sometido a escenas de la película "Máximo riesgo" de Sylvester Stallone. A todos los participantes se les midieron diversos valores de la piel para determinar su grado de ansiedad. Como era esperable los individuos que observaron a Stallone es esa angustiosa película presentaron mayores niveles de ansiedad que los que escucharon música o imágenes neutras. Y ahora viene lo importante, al realizar inmediatamente después un cuestionario sobre inmigración, los individuos más estresados fueron los que mostraron opiniones más intolerantes y racistas. Es decir que la simple ansiedad nos hace mucho peores personas puesto que conecta con nuestros mecanismos ancestrales (y egoístas) de reacción y huida. Por eso es que la mejor forma de plantearse problemas complejos nunca es en caliente o en situaciones de stress, en las que nuestra capacidad de raciocino es muy limitada sino nula y es por ello que todos los demagogos y fascistas del mundo tienden a crear estados de ánimo alterados en la sociedad, para que la gente sea lo más visceral y también lo más irracional posible y así conseguir sus siempre deleznables propósitos de enfrentar a unos seres humanos con otros.
El enlace está roto. No lleva a la información base.
ResponderEliminarTasmania
ResponderEliminarya está arreglado, gracias