La Secretaría
de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información del
Ministerio de Industria español por fin ha decidido perseguir
la difusión de anuncios en los medios de comunicación que publicitan de manera
engañosa los llamados productos milagro, es decir todos aquellos productos
con supuestas propiedades curativas, pero que en realidad no han sido probados en
ensayo alguno y no han demostrado efecto beneficioso significativo sobre la
salud.
Así a partir de ahora zapatillas adelgazantes, infusiones controladoras
del colesterol o de las defensas inmunológicas, pulseras vigorizantes y el
largo etcétera de artilugios (concebidos por la fértil inventiva de embaucadores
varios) que prometen tanto un cuerpo espectacular sin necesidad de esfuerzo
alguno como una salud perfecta sin privarnos de nada y todo ello por un módico
precio más gastos de envío, quedarán ahora fuera del circuito comercial de TV.
Ahora sólo queda esperar para que en una segunda fase se
impida todo tipo de publicidad de curanderos, sanadores, homeópatas y
charlatanes varios de la pseudomedicina alternativa, que lo mismo curan un
cáncer bajo la estricta supervisión de espíritus o del santoral católico o que alinean
biorritmos, chacras o campos electromagnéticos del organismo con la madre
Tierra y el Universo espiritual del que parece ser que formamos parte
indisoluble.
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