Quizás una de las más absurdas facetas de la religión
consiste en intentar ganar votos en unas elecciones haciendo profesión de fe. Inciso:
si dios es capaz de alterar el resultado electoral, entonces las elecciones no
han sido realizadas libremente y deberían por tanto ser impugnadas. Pero no nos
engañemos, que los dioses inventados (sean estos cuales sean) sólo influyen en
los resultados finales en la medida en que los débiles mentales se dejen
influir por las muestras de piedad de los candidatos, sean estas supuestas como
en el caso de aquellos candidatos mentirosos y tramposos que en realidad no
creen de verdad en el diosecillo del que hablan o reales, provenientes de creyentes
convencidos que únicamente van a dejar al descubierto para la posteridad toda
su ignorante estulticia. Pues bien, el último caso de esa absurda competencia
política por demostrar quién está más bendecido por los poderes supraterrenales nos
viene de Venezuela.
Allí el candidato opositor Henrique
Capriles ha comentado recientemente:
"Vienen unos días importantes para el destino de todos los venezolanos, que esta Semana Santa sirva para que todos fortalezcamos nuestra fe"
explicando además que estos días se
mantiene en oración pidiéndole a Dios que
“el tiempo que venga sea un tiempo de paz, de encuentro de todos los venezolanos”.
y rogando a Dios plegarias para que le dé
“la sabiduría para saber conducir el proceso que tiene por delante y para que los venezolanos se puedan encontrar y sacar el país adelante"
Como pueden observar, todo un conjunto
de obviedades y frases hechas, vacías de contenido que únicamente demuestran la
humillación del candidato ante el dios judeocristiano. Pero desgraciadamente,
estas absurdas declaraciones pierden todo interés ante la exuberante muestra de
demencia religiosa que ha desarrollado el candidato oficialista y presidente venezolano
interino Nicolás Maduro, el cual ha declarado sin rubor ni vergüenza alguna que
mientras rezaba en una iglesia del
estado natal de fallecido Hugo Chávez, entró un
"pajarito chiquitico, que me dio tres vueltas acá arriba. Lo vi, me dio alegría y le silbé. El pajarito se sorprendió, volvió a silbar, me dio una vuelta y se fue. Sentí el espíritu de mi comandante Chávez, dándome la bendición y protegiéndome para esta batalla. Así lo sentí"
Vamos que desgraciadamente el Sr. Maduro
está para que le encierren y tiren la llave al mar. Y debido al revuelo que han montado sus grotescas y
alucinadas declaraciones se ha defendido argumentando que
“tengo derecho a sentirme así. Me sucedió y me siento feliz de que me haya sucedido. El problema es que la burguesía no respeta nada"
y que su visión se trató de
“un momento íntimo de mi espiritualidad. Cada quien tiene sus sentimientos, sus percepciones y ora a Nuestro Señor y Cristo Redentor desde su corazón”
Completamente de acuerdo Nicolás,
tienes todo el derecho del mundo a sentirte así. Pero yo por si acaso iría a la
consulta de un neurólogo, no vaya a ser que tengas un tumor cerebral del tamaño
de un huevo de pajarito que te esté afectando al cerebro, puesto que esas alucinaciones
son únicamente propias de ancianos seniles vestidos de blanco y oro, calzados
con zapatos rojos y que llevan toda una vida de abstinencia sexual y represión
mental.
Así que ya saben ustedes, la Santísima
Trinidad en Venezuela ha pasado a ser la Santísima Tetralidad (Padre, Hijo,
Espíritu Santo y el Pajarito de Hugo Chávez) o como narices se diga. Sólo
espero que este nuevo mensajero alado no le coja gusto también a preñar vírgenes,
porque ya ven el revuelo que armó hace un par de milenios la susodicha paloma celestial, de tal forma que aún hoy seguimos enredados en el asunto.
P.D.
A la hora de usar demagogia cualquier estupidez puede ser usada si trae adeptos.
ResponderEliminarEsto me recuerda que Nicolás Maduro en un discurso iba a hablar de la historia esa de los peces y los panes y dijo los penes y los panes el muy subnormal xD
ResponderEliminarxd chaves palomo
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