La apostasía en Marruecos castigada con la pena de muerte

El Consejo Superior de los Ulemas de Marruecos, presidido por el propio rey Mohamed VI que ostenta el título de “Comendador de los Creyentes, acaba de emitir una fatua que prohíbe a los musulmanes la libertad de creencia asegurando que

“Todo musulmán que cambie de creencia merece la pena de muerte”.

Y esto ocurre no el lejano y tenebroso Afganistán sino en uno de los países islámicos más occidentalizados y abiertos del mundo musulmán. Y por supuesto ni la Unión Europea, ni ninguno de los supuestamente democráticos países europeos entre ellos España, tan vigilantes de los derechos humanos, ha hecho ninguna declaración, protesta o presión para que esta absurda y criminal decisión sea derogada, no vaya a ser que las reacciones comerciales se resientan de alguna manera. Así que otra vuelta de tuerca en el castigado y primitivo mundo musulmán hacia su retorno a las oscuras épocas de intolerancia y fanatismo religioso que tanta sangre ha derramado siglo tras siglo en este castigado planeta.