La retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes
irregulares va a tener algunas consecuencias insospechadas y probablemente no
previstas para nuestro actual gobierno cristiano trufado de miembros del Opus
Dei y demás sectas católicas.
Resulta que hasta ahora las inmigrantes irregulares tenían
acceso (como el resto de los habitantes de este país) a métodos de
planificación familiar (por ejemplo el implante del DIU de forma gratuita) dentro
del acceso universal a la sanidad que a partir de ahora con la nueva reforma sanitaria
(la cual les excluye de facto de toda la sanidad excepto las urgencias) les
estarán vedados. Estas medidas excluyentes sobre un colectivo que es uno de los
más pobres de los que actualmente viven en nuestro país, además de acortar
significativamente sus vidas, tendrá adicionalmente el efecto final de
aumentar los embarazos no deseados dentro de esta población cada vez más
marginal. Así que si ya la tasa de natalidad de estos depauperados ciudadanos
era mucho más alta que la media de la población autóctona, esta exclusión muy
probablemente hará aumentar esta natalidad no deseada, infringiendo un mayor
castigo a sus ya maltrechas economías que hundirá en un ciclo vicioso de falta
de recursos a estas familias cada vez más numerosas.
Y como muchas de estas personas irregulares son originarias
de países africanos y por tanto de religión musulmana, se va a dar la paradoja
de que nuestro piadoso y católico gobierno, copado por multitud de beatos
ministros pertenecientes a las más variopintas sectas católicas, va a ayudar de
facto al incremento de población musulmana en España y por tanto a la expansión
del Islam. Así que como se entere Rouco Varela y el resto de los obispos ultramontanos
lo mismo excomulgan a Mariano Rajoy, Ana Mato y a todo el Consejo de Ministros en pleno.
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