Parece ser que en la soleada Florida una familia gitana se dedicaba
a la ancestral costumbre de la videncia y el trato con el más allá. Ofrecían a
sus clientes diversos servicios como cursos varios y eliminación de espíritus
malignos. Además los videntes prometían la devolución del dinero en caso de que
el cliente quedara insatisfecho, vamos como en El Corte Inglés. Y parece ser
que algunos de sus clientes no quedaron satisfechos con los resultados y denunciaron
a esta familia por estafa. Entre los indignados clientes se encuentra la
conocida escritora de novela romántica norteamericana Jude Deveraux, que en su denuncia comentó a la policía que fue defraudada
puesto que después de un “tratamiento psíquico” parece ser que bastante costoso
sufrió diferentes desgracias y la muerte de su hijo de 8 años en un accidente
de tráfico. En su investigación la policía descubrió que los videntes se especializaban en personas
vulnerables con problemas. Vamos como todas las religiones habidas y por haber.
Quien sino va a dar su dinero a un individuo que le promete eliminar una
presencia maligna.
En su defensa, el abogado de la familia ha dicho que las
prácticas de sus clientes son consistentes con las de otras muchas
religiones en EEUU que también aceptan dinero por servicios similares y que a
sus clientes les protege la primera
enmienda de la Constitución norteamericana, ya que en ese país es legal
tener creencias espirituales inconsistentes o incomprendidas por otros y que por
tanto sus clientes simplemente ejercen su fe. En resumen, su argumento no
exento de la más cruda realidad es que cualquiera puede creer en la imbecilidad
que le dé la gana y si hay otros idiotas que pagan por ello, pues es su
problema. Vamos que razón no le falta al avispado leguleyo, porque los
cristianos llevan de exorcismos
dos milenios con el papa
católico a la cabeza y cientos de telepredicadores protestantes estafan sin
pudor alguno a miles de incautos a lo largo y ancho del país en sus shows de sanación
mediante fe. Y no vamos ahora, en el país de la libertad religiosa, a
discriminar a estos pobres gitanos simplemente por pertenecer a una etnia secularmente
perseguida por tener unas creencias minoritarias, pero no más irracionales o
absurdas que otras más reverenciadas y de mayor prestigio social.
Ahora espero, con ansiedad y morboso placer (porqué no), la
realización del juicio ya que debido a las peculiaridades del sistema judicial
norteamericano sospecho que dará para una película o serie de TV. El enfrentamiento en
el estrado entre un buen abogado defensor (y la familia de videntes créanme que
puede permitírselo, ya que está acusada de estafar decenas de millones de
dólares) y la crédula novelista de éxito promete ser antológico. Les mantendré
informados.
La diferencia es que las religiones no creo que ofrezcan devolver el dinero si el cliente no se queda satisfecho. Fundamentalmente es así con la oferta estrella que publicita la mayoría, el de la salvación eterna, ya que al tratarse de clientes muertos es para ellos bastante difícil presentar una reclamación en toda regla.
ResponderEliminarInteresante.
ResponderEliminarSupongo que en el juicio lo que se discutirá no será el derecho a tener una fe o religión y ofrecer esos servicios a otros... si no en lo que hayan publicitado. Es decir si ofrecían cura o tratamiento. Me temo que si hacían lo segundo se saldrán con la suya, sobre todo porque la sociedad y las leyes son muy permisivas con estos magufos y todos sabemos porqué: eliminar estas prácticas acabaría afectando directamente a las grandes instituciones religiosas que viven de un cuento parecido.
De todas formas está bien que se vayan haciendo estas denuncias, al menos saca a la luz y pone en entre dicho todas estas estafas.
Luego algunos se preguntan para que sirve ser un ateo militante... pues para aportar un granito de razón que de vez en cuando ayuda a que una personal "normal" no caiga en manos de estos desaprensivos, por ejemplo.
Sheppard
ResponderEliminarSi el juez fuera consecuente con las leyes norteamericanas no va tener más remedio que absolver a los videntes porque de lo contrario podría crear jurisprudencia y desencadenar una terremoto social en EEUU
Yep.
EliminarPor eso ya te digo que no creo que ese sea el tema a juzgar: si tienen o no esos poderes. Entre otras cosa porque sería la acusación la encargada de demostrar y presentar pruebas de que no los tienen y ya sabemos que no se puede demostrar la no existencia de algo. Por tanto efectivamente ahí un juez los absolvería, sino directamente no aceptaría la demanda.
Como digo, yo creo que todo se enfocará en si aseguraron un resultado y este no se produjo, con lo cuál podrían concurrir en estafa, agravada por la especial vulnerabilidad de las "víctimas". Lo que pasa es que como bien decías el abogado de la defensa muy hábilmente lo quiere presentar como un caso de derecho a la libertad religiosa.
Lo que sí que es una estafa es el ateísmo científico, todos los días cambiando de teoría y de paradigma, para venderse mejor. Al final, ¿los neutrinos incumplen las papanatadas de Einstein o no? ¿En qué quedamos?
ResponderEliminarYa ves que desvergonzados... discutiendo, debatiendo, aportando pruebas, reconociendo sus errores y rectificando. Unos impresentables, sí.
EliminarTú sigue adorando figuritas de madera rodilla en tierra.
Beatrix
EliminarAntes de escribir absurdeces, por favor lee algo más que el libro que recoge las alucinaciones de unos pastores de ovejas judíos de la prehistoria. Lo que convierte a la ciencia en el mayor logro de la humanidad es precisamente esa permanente actitud de control y crítica de los estudios previos a la luz de los nuevos avances o tecnologías. En cambio tu iletrada religión se quedó en una tierra plana centro de un minúsculo universo de cuatro o cinco planetas ideado por un supuesto dios con menos imaginación que el diseñador de un parque temático.
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ResponderEliminaritis
ResponderEliminarLa verdad es que tienes mucha cara para hacer publicidad aquí de un "blog" en el que se repiten las estupideces de la Biblia. Si quieres visitantes, bien podrías hacer proselitismo en la puerta de cualquiera de las miles de iglesias que ahogan todas las ciudades del mundo.