Benigno Blanco, el Foro de la Familia o la expansión de la insensatez religiosa

A lo largo de múltiples entradas de este blog he argumentado que la religión bloquea de forma total el raciocinio de los creyentes equiparándoles a niños que no han abandonado el pensamiento mágico y mitológico propio de la etapa en la que todos creímos en duendes, hadas, en el ratoncito Pérez o conversábamos con total naturalidad con nuestras mascotas y demás animales que nos rodaban. Si no se supera dicha etapa el resultado es la creación de una personalidad únicamente adulta en apariencia pero abierta a cualquier influencia por más descabellada que esta sea. Así, aunque todos conocemos algunas personas fuertemente religiosas que en el resto de las facetas de la vida piensan y razonan con claridad y espíritu crítico, éstas son claramente la excepción. La mayoría de creyentes además de en su religión oficial viven inmersos en una vida de superstición, dogmatismo y esoterismos varios.  Como dice en el siguiente video con gran acierto el gran humorista británico Tim Minchin: si abres demasiado tu mente, tu cerebro inevitablemente se caerá.

Pues bien, el ejemplo español más claro de este comportamiento es el famoso Benigno Blanco presidente del Foro Español de la Familia, una asociación católico-integrista que en pleno siglo XXI es capaz de defender los más rancios valores del nacionalcatolicismo español y que no desentonaría nada en los más oscuros, dogmáticos e intransigentes reinados de la monarquía española de hace varios siglos. Así se empieza a equiparar un conjunto de células amorfo con un recién nacido para evitar el pecado del aborto. Se continúa estigmatizando los derechos de los homosexuales para así defender a la familia tradicional. Y finalmente se defiende que los niños son básicamente una propiedad de los padres a la que se puede y se debe adoctrinar en las más falaces y absurdas creencias porque sólo los padres católicos saben lo que es apropiado para sus hijos. Por lo que poco a poco, pero inevitablemente se llega al paroxismo del ridículo y del descrédito más atroz. Porque sólo así se puede calificar la nueva idea de este cruzado del catolicismo. El señor Blanco ha propuesto (agárrense) que “todos los miembros de la unidad familiar, aunque sean menores, tengan derecho a votar en las elecciones para que se reconozca su peso real”. Por supuesto el menor no iría él solo a votar por su cuenta sino que según esta lumbrera iluminada por el espíritu santo, igual que los progenitores administran su dinero, también administrarían su voto. Vamos que un cabeza de familia cristiano de verdad iría a votar como dios manda, por él y por los numerosos vástagos que haya concebido con su bendita esposa, que ya sabemos que los métodos anticonceptivos son pecado mortal prohibidos por la santa madre iglesia y hay que tener todos los hijos que nos mande el señor en su infinita sabiduría. Para mi gusto se ha quedado un poco corto. Como es bien sabido en una familia tradicional y católica de verdad (las de toda la vida) quien manda es el cabeza de familia, es decir el padre, así que ya puestos pues que también vote directamente por su cristiana esposa, que la pobre es inferior al varón tanto en intelecto como en raciocinio, como cientos de doctos padres de la iglesia han demostrado a lo largo de los milenios. Y a tomar vientos la democracia.
Ya solo espero con ansiedad la nueva propuesta del sr Blanco al estilo de la genial viñeta de La pulga snob